Tras la llamada, Eijiro y Mirio no habían dejado de jugar al caballito mientras tú y Tamaki los observaban con gracia.
A pesar de no haber hecho ningún esfuerzo físico, sentiste la cabeza pesada. Quizás era el cansancio mental por toda la abrumadora situación, o quizás era el aburrimiento de tener que esperar al susodicho "escuadrón de apoyo". Como sea, amagabas de dejar caer la cabeza hacia adelante, para luego ponerte erguida y repetir el proceso, en un ciclo que, de no haber sido por el chico a tu lado, habría sido interminable.—He-Hey, _____-san...— te llamó con timidez, desviando la mirada hacia otro lado mientras sus mejillas adquirían un fuerte color rosado— Si quieres, um... tú p-puedes- hombro puedes tú- eh, quiero decir, yo...
Casi temblando de los nervios y la vergüenza, acabó por palmear su hombro, indicándote que te recostaras en él. Dudaste, pero al detenerte un momento a mirar a la masita que era Amajiki, pensaste en lo cómodo que debía ser su hombro, así que sin más, te dejaste caer sobre él, acomodándote y acurrucandote, cerrando un poco los ojos.
•◦✿────────────────────tamaki almohada
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—Gracias— le susurraste con una sonrisa, ajena a la crisis por la que el de orejas puntiagudas estaba pasando, sintiendo tu cabello acariciarle el cuello. O ahorcándolo. El pánico ya no le dejaba diferir entre lo que sentía su piel y lo que pensaba su cabeza, atinando a cubrirse la cara enrojecida con una mano, dejando apenas un hueco entre sus dedos por el cual observarte una vez cada tanto.
Por tu parte, tú estabas gozando el momento. Tal vez estaba algo flacucho, en especial en comparación con sus otros dos compañeros, pero Tamaki era sorprendentemente cómodo y cálido como un cojín, y de paso el pelo le olía a champú.
Era un lindo momento. Uno que, por conveniencia del guión, obviamente debía ser interrumpido. El sonido de la entrada siendo forzada los puso a los cuatro en alerta. Habían puesto una barricada para bloquear la puerta, así que cuando la oyeron caer, los tres se apresuraron a cubrirte, no queriendo que salgas herida de nuevo.—Togata-senpai— le murmuró el teñido al mencionado, quien pareció entender en seguida lo que su kohai quería decir, poniéndose a tu lado detrás de los chicos con quirks que mantenían la guardia en alto y abrazándote protectoramente contra su pecho.
Con una mano, te sostenías con fuerza de la ropa del rubio, mientras que con la otra te cubrías la boca. El miedo comenzó a abrumarte, tanto que empezaste a tiritar en los brazos fornidos del mayor, te picaban los ojos y querías gritar. Preguntas como qué pasaría si te atraparan, qué te harían, o qué no te harían, atormentaban tu mente. No eras más que un simple civil. Si te encontraban lejos de las alas de los tres héroes, no podrías hacer nada. Tu temor eran tal, que dejaste de escuchar cualquier cosa que no fueran los latidos irregulares de tu propio corazón, y los pasos que se acercaban de a poco. Al principio era una caminata, luego se volvió más veloz, y pronto, alguien se asomó por la esquina. Un hombre rubio de intensos ojos color carmín.
—¡PUTO PELO DE PUERCO ESPÍN, TE VOY A ARRANCAR ESA PELUCA RIDÍCULA QUE TIENES! ¿QUIÉN TE CREES COMO PARA CORTARME!
—¡Bakubro!— y entonces perdiste el miedo, al menos un poco.
—¡Shh, Bakugou-kun! No debemos hacer ruido— un muchacho peliazul de alta estatura y gran musculatura se hizo presente en el lugar, seguido de otro pecoso y de expresión amable.
—Um, h-hola— dijo éste último, saludando con la mano.
—Ah... Qué susto— suspiró Tamaki, relajando su postura. Tú suspiraste junto a él, recargando tu cabeza en el pecho de Togata con cansancio y dejando salir toda la ansiedad de tu sistema. Él te sostuvo algo sonrojado hasta que te separaste.
Un par de orbes rojos repararon en tu figura entonces.—¿¡Ah!? ¿¡Qué mierda hace un civil aquí!?— exclamó con enfado el cenizo, con su demandante mirada sobre la tuya, intimidandote por su prepotente figura y haciéndote encojer de hombros.
—Yo, eh, ¿hola?
Respondiendo a Katsuki, el ojiazul habló: —Pues verás...— empezó.
Una vez que explicó todo lo sucedido, el chico pecoso se acercó a ti y extendió su mano, sonriendo con dulzura: —¡Hola! Mi nombre es Izuku Midoriya, pero puedes llamarme Deku. Ese de ahí es Iida-kun, y el otro es Kacchan, lamento si te intimidó ¿Cómo te llamas?
—_____ Tsukimashi— te presentaste estrechando su mano— Supongo que ustedes son el escuadrón de apollo del que Mirio hablaba.
—¿...Apoyo?— murmuró Tenya en voz baja.
—¿QUÉ APOYO NI QUE NADA? SE SUPONE QUE ÍBAMOS A IR EN GRUPO Y ESTOS BASTARDOS SE FUERON SOLOS.
—¡Lo siento Bakugou, creo que hubo un malentendido al comunicar la misión!— quiso explicar Eijiro— Nos dijeron que nos adelantáramos a último minuto.
—Si claro. El único malentendido es el que habrá entre tus padres y los míos cuando vuelvas sin pelotas a tu casa.
—¡Bakugou-kun, no es momento de discutir!— intervino el megane para luego dirigirse a los tres chicos que habían estado contigo más tiempo, entregándoles una bolsa deportiva negra— Son sus trajes de héroe, presiento que los necesitaremos.
Togata se dio cuenta de que había 2 trajes en el bolso, mirando por un momento al suelo, pareciendo incluso... triste. Luego volvió a alzar la barbilla con su humor de siempre.
—¡Bien, según nuestra querida _____-chan, el villano que buscamos está en el centro de la ciudad, así que deberíamos empezar a movernos!
—¿Cómo es que está segura de eso señorita Tsukimashi?— preguntó cortésmente Ingenium.
—P-Pues resulta que el villano es el líder político y... bueno...— respondió por ti Amajiki.
—Querrás decir dictador— corregiste tú— Ese sujeto manipula las vidas de los civiles mediante contratos, no fue difícil hacer la conexión hasta para una tonta como yo que copia en exámenes.
—¿¡COPIAR EN EXÁ-
—Se aloja en el centro,— interrumpiste el grito de Iida— así que ahí vamos supongo.
—Hmp, ya veo. Derrotar a un villano y derrocar a un dictador...— balbuceó el cenizo— Ha, suena interesante. ¡GUÍANOS EXTRA!
Y de un manotazo, te empujó hacia el frente.
—¡ANDANDO NIÑA BONITA!
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𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝔂'𝓼 𝓢𝓲𝓰𝓷𝓪𝓽𝓾𝓻𝓮✍︎ BnH x Lectora
FanfictionEsta historia es una colaboración con @AlejandraRobles333 , la trama y concepto son creación de ella. . . . En un barrio bajo de Tokio, lleno de gente pobre y sin futuro, existe una ceremonia especial para aquellos que poseen dones: Al graduarte, de...