Capítulo 1

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Día X
Tiempo pasado


Tras haber concluido la reunión y haber sido informado sobre su misión, Amajiki tembló levemente, nervioso, mirando a su amigo rubio, quién sería parte de su equipo de reconocimiento.

-¿Estás seguro que quieres ir?- le preguntó, algo inseguro.

Se les había asignado, a ellos dos y al recién graduado Kirishima, la misión de investigar uno de los barrios bajos de Japón, donde, según se rumoreaba, se escondía un villano con el poder de manipular la vida misma. Se decía también, que sus poderes "divinos" podían conceder cualquier deseo: ¿Felicidad? Garantiza. ¿Un trabajo? Enseguida. ¿Recuperar el sentido de la vista? Un milagro cumplido.
De acuerdo a lo que la gente decía, todo era posible con ese sujeto, pero alguien así era peligroso de dejar suelto, por eso, la agencia de Fat Gum, en conjunto con otras, enviarían a los jóvenes héroes a inspeccionar  la zona.

-¡Pues si, es una misión importante!- respondió Mirio alegremente.

-Pero aún no tienes tu quirk de regreso y-

-Lo sé- interrumpió al pelinegro- Por eso quiero ir- con una sonrisa melancólica, el ojiazul miró sus manos para luego seguir- Quiero volver a ser Lemillion, el héroe que salvará a un millón...

-...

-Además, quizás solo sea un interno en la agencia, pero quiero servir de algo.

-...- derrotado, Tamaki suspiró- Está bien...

-¡Bien, entonces hay que prepararse para la misión!- retornando a su usual actitud alegre, el rubio se fue dando grandes pasos.

Tamaki, que creía haber dejado esa costumbre, se dio la vuelta y pegó su frente a la pared más cercana.

-Esto es una mala idea... Quiero ir a casa...

El apodado Red Riot, quien normalmente hacía equipo con Tamaki, como en este caso, dobló a la derecha en un pasillo de la agencia para encontrarse con su senpai en esa posición de lamento.

-¿Tamaki-senpai?- lo llamó acercándose a él, con un semblante preocupado- ¿Qué pasó?

El mayor se sobresaltó por la repentina aparición del pelirrojo; le temblaron los hombros mientras se daba la vuelta para darle la cara, y una vez que lo hizo, suspiró.

-Es Mirio... no se si esté bien que vaya con nosotros, podría ser peligroso...- explicó, con un nudo formándosele en la garganta.

-¿Togata-senpai?- se extrañó Kirishima.

-Se qué ha estado entrenando mucho y que puede arreglárselas solo pero...

-Descuida, estará bien. El sujeto es un tanque, uno de los hombres más masculinos que he conocido. Además, creo que necesita salir de la agencia, lo han tenido casi encerrado aquí adentro desde que lo contrataron como interno.

El ojinegro tragó saliva con dificultad, relajó los hombros e intentó tranquilizarse.

-S-si, quizás tengas razón.

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Día X
Tiempo presente

Tu visión estaba oscurecida, tu cuerpo se sentía pesado, y tu hombro picaba, te sentías mareada, perdida, desorientada, pero aquello no te impidió abrir los ojos. Estabas en algún lugar viejo que no conocías, parecía ser una fábrica que se había fundido hace muchos años, lo cual no era de extrañarse, pues pocos negocios seguían en pie en esa pobre ciudad.
Te sentaste en el suelo, en el cual estabas acostada anteriormente, y mientras inspeccionabas más a fondo el lugar con la mirada, dirigiste tu mano a tu hombro con comezón.
Lo sentiste húmedo, cálido, espeso...

-¿Estoy sangrando? Ugh, ¿cuándo me-

De repente lo recordste: el incidente con los tres desconocidos en la escuela golpeó tu cabeza como un bate de béisbol, pero aquello no explicaba cómo habías aparecido en aquel sitio.

-¡Ah, veo que ya estás despierta!

Te asustaste al escuchar una voz a tus espaldas. Te pusiste velozmente de pie, sosteniendo tu herida, dándote vuelta y caminando hacia atrás solo para volver a caer al piso.

-Oye, tranquila, no voy a lastimarte- frente a ti se encontraba el alto rubio de antes, aquel que te había metido en problemas en primer lugar, según tu entendimiento.

-¿Por qué me trajiste aquí? ¿Qué vas a hacerme? ¿D-Dónde están tus compañeros?- inquiriste con ocasionales enredos al hablar.

Intentaste usar tu quirk para localizar a los otros dos chicos, pero inútilmente solo eras capaz de ver a través de los ojos azules de Togata.

-Creo que empezamos con el pie izquierdo- río rascando su nuca- ¡Soy Mirio Togata, ayudante de héroe!- con notable energía, hizo una extraña pose.

-¿Héroe...? No había escuchado esa palabra desde que era una niña. Rara vez ves héroes en barrios bajos como éste. Lo más cercano a ello es el panadero de la esquina y su pan salvavidas.

-¿No hay héroes en este lugar?

-N-no... creo que había un ex-héroe que cayó en las drogas y murió, pero era solo un rumor de la secundaria...

-Ya veo... Y, ¿cómo te llamas?

-...Tsukimashi- murmuraste con desconfianza- _____ Tsukimashi...

-¡Okey _____, parece que vamos a estar juntos un rato!- te tendió la mano para ayudarte a ponerte de pie, a lo que te negaste, retrocediendo un poco más hasta que tu espalda dio con una pared.

-¿Por qué lo dices?

-La razón por la que nos sacaron de clase a ambos- su rostro amigable de repente se tornó serio- Probablemente iban a capturarnos, o...

-¿¡Qué!? ¿¡Por qué-

-Tu eres la chica que se negó a firmar no sé qué en el ensayo, ¿no?

-Ajá...

-Pues, según sabemos, tomaron tu negación como algo "peligroso" y decidieron que debían capturarte.

-¿Qué, quiénes?

-No lo sé. Aún. ¡Es por eso que tengo que seguir investigando!

-¿Inves... tigando?

-Sip, mi equipo fue asignado a una misión de reconocimiento de esta zona por un rumor sobre un villano ocultándose aquí. No sabemos si es verdad, solo sabemos que se dice que el hombre tiene control sobre la vida.

"Control..." , pensaste, con un nudo formándose en tu estómago.

-Pero nos encontramos con todo este lío de esos contratos... y contigo. Pero descuida, te protegeremos.

-Um, ¿gracias? ¿Dónde están tus compañeros?

-Fueron a buscar cosas para tratar nuestras heridas. Saltar de un sexto piso puede no haber sido mi mejor idea. ¡Y los sujetos tenían pistolas! Lamento que una te haya dado en el hombro...

No te habías fijado en la vestimenta de Mirio, pero, efectivamente, el uniforme de tu instituto (que probablemente era robado de alguno de tus compañeros) estaba teñido de rojo en varias zonas.
Ante esto, hiciste una mueca.

-No es nada. Me pica más de lo que me duele.

-Oh, ¡qué bien!- Togata se sentó junto a ti, a una distancia prudente, pero más cercana y amistosa de lo que te gustaría, por lo que te moviste hacia un lado, alejándote.

Se quedaron en silencio entonces, sin temas de conversación, esperando porque los otros dos chicos aparecieran pronto para cortar la tensión, pero para mala suerte de ambos, no fue así.

𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝔂'𝓼 𝓢𝓲𝓰𝓷𝓪𝓽𝓾𝓻𝓮✍︎ BnH x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora