Capítulo 19

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Mientras sigas sonriendo... Las rosas seguirán floreciendo...




























El dominicano caminaba pensativo respecto a ese espontáneo pensamiento... Sin embargo le recordó a Mex, su amado... ¿Él estará bien...? A pesar de que quería y sentía que era así, se sentía de alguna forma angustiado, preocupado...

Abrió la puerta de su casa en silencio, lleno de inseguridades, la cerró tras suyo, todo en completo silencio, o lo más que podía. Quito sus zapatos, ahora caminaba hacia el interminable pasillo para él en este momento y empezó a avanzar con suavidad. Sus pasos eran lentos pero seguros... Y sobre todo firmes.

Se aproximó a la última puerta del pasillo con miedo de encontrar o ver lo que sea que este del otro lado de la puerta... ¿Estará vacía, Mex estar a ahí, como estará? Trago saliva y llevo con cuidado su mano a la manilla de la puerta, girandola lentamente, aliviandose por el momento al ver a México en la cama, sentado pero entristeciendose por su expresión.

Abrió la puerta sintiendo sus ojos lagrimear un poco— ¡México! — Él giró su rostro para verle, pronto el dominicano se abalanzó contra él.

— R-república... — Él otro tricolor le abrazó, dejando que cayera con él en la cama. Él mexicano no se lo creía, ambos empezaron a llorar de felicidad, México lo aferraba a él y empezaba a besar todo su rostro con amor, cariño, felicidad... Lo amaba.

— Te extrañe mucho, me tenías preocupado, ¿Cuándo saliste, ya estás totalmente recuperado? — México lo miraba preocupado, ya.lo había acorralado contra la cama. Lo miraba entre lágrimas, R sonreía alegre, sin dejar de llorar de felicidad, ahora mismo quería sentir su calidez.

En otro abrazo lo acostó a su lado en la cama y se aferró a él ahora, oliendo su aroma, sintiendo su calidez, escuchando su corazón...— Yo estoy bien... Ya estoy totalmente recuperado, he salido hoy, ¿Tú has estado bien? — Alzó su mirada para verle, acariciando su mentón, el contrario tenía orejas, tal vez poco notorias pero lo suficiente como para saber que no ha dormido bien, también se veía algo pálido, eso le preocupó demasiado. Se levantó rápidamente.

— ¿Has dormido y comido bien? — México se quedó en silencio ante ello y mordió su labio inferior.

— R-rusia me ha obligado a comer algo... Y a dormir también. —

— Por favor no vuelvas a hacer eso. Por favor. — Lo abrazo, haciendo que deje su rostro en su pecho— Entiendo que te hayas preocupado por mi, pero no vuelvas a hacer eso, no dejes de comer ni dormir por mi. Es vital para ti, para todos. — Siguió acariciando su cabeza, besandola hasta que decidió levantarse finalmente y tomar su mano para que le acompañará, Mex le miro confundido, el dominicano sonrió.

— Me duelen las manos pero preparar una deliciosa cena para ti no será problema cariño. — Ambos caminaron a la cocina aunque R hizo que se sentará en el comedor para que espere mientras el mayor de ambos empezaba a cocinar.

México lo miraba en silencio, y atento, jugaba vacilante con sus dedos, tenía un sabor amargo en la garganta, ahora bajaba la mirada hasta la mesa, una y otra vez. República se encontraba confundido por su estado, sin embargo siguió en lo suyo. Debido al frío clima, otra vez, preparo sopa e hizo arroz, el cual volvió bolita con cuidado, unas tres bolitas. Sirvió la sopa en un bowl y el arroz en otro. Un sonrojo y una feliz sonrisa se hizo presente él en su rostro, y fue con el, alegre.

Si corazón latía con fuerza, poder estar con él otra vez— Con mucho amor... para ti. — Las mejillas de México enrojecieron y vio la comida, al fin sintió paz. Le tomó del mentón y beso con cariño sus labios, alegre también.

— Gracias mi República... — Dijo con una enternecida sonrisa. El mayor se sentó junto a México y lo miro, se le quedó viendo mientras comía— ¿Tú no vas a comer..? — Hizo una pausa. Viendo como República negaba.

— Vengo de casa, desde que salí del hospital me fui al supermercado para hacerle una sorpresa a mis niños. Me encontré con Argentina, Chile y papá. Me ayudaron en la cocina. La sorpresa fue exitosa. — Su sonrisa era deslumbrante, estaba muy alegre— Y ahora que estoy aquí, finalmente podré mimarte. — Acaricio su mejilla. México río... Se sentía mejor.

De ahí continuaron hablando un poco, México le contó la mayoría de lo sucedido mientras estaba interno, RD se angustiaba un poco pero luego ese sentimiento se iba. Al menos todo había sido arreglado. Cuando él terminó de comer, lavaron los platos y fueron a dormir. Claro, RD mimaba a México, como había dicho.











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Lamento que el capítulo sea corto está vez. Probablemente esto tenga un mal final.

Tengan un buen día, chicos y chicas.

Un Amor Imposible Y A La Vez Tan ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora