Siempre a la misma hora •2yeon• (PAUSADA)

Existen las coincidencias.

Im Nayeon

Lo peor de despertar es levantarse, sobre todo cuando sólo pudiste dormir 4 horas y recién estabas teniendo un buen sueño. No quise quejarme más porque lo único que lograría es llegar tarde al trabajo, me senté en la cama colocando mis pies en el frío suelo, con suerte eso los despertaría y me daría las fuerzas de levantarme.

Después de 5 minutos de mirar al vacío, obligue a mi cuerpo moverse al baño y casi me da un ataque al ver el desastre que era en las mañanas, por suerte el único que podía ver esta oscura parte de mi, era mi perro.

Me di una ducha caliente, no la mejor idea ya que sólo me dio más ganas de regresar a la cama, lave mis dientes y peine mi cabello para que sea más decente. Al terminar de alistarme desperté a Kookeu, mi perro y le serví su desayuno a la vez que me preparaba un café con leche. Luego de una larga despedida a mi bebé, dándole besos, abrazos y prometiéndole no volver borracha como anoche, salí de mi apartamento para subirme al taxi que me esperaba abajo e ir directo a mi trabajo.

Llegué unos minutos antes de lo requerido y fui directo a mi escritorio, ya habían algunos otros empleados en la compañía, lamentablemente con ninguno de ellos puedo considerarme una amiga y acercarme hablar, así que estaba incomoda y sola, mirando a fotos de mi perro en mi celular.

-Im Nayeon, en vez de estar de floja ve a buscar café para mi y los ejecutivos, la reunión se hará antes de tiempo, así que muévete rápido -al fin me acordé porque odiaba mi trabajo, mi jefe, no sé si el viejo me odiaba o algo, pero no podía verme un segundo sin hacer nada-

No proteste y asintiendo a su pedido corrí a la cafetería de la compañía pero al llegar me avisaron que no había café hasta dentro de dos horas, solté un suspiro y sin perder otro segundo salí del edificio para correr al local donde vendan café más cercano, el problema es que era tan temprano por la mañana que casi todos esos locales estaban cerrados. Después de 15 minutos de buscar me había decidido volver a la compañía, maldecí cuando vi la maldita cafetería frente a mi trabajo decidir abrir, molesta fui a comprar el café.

-Señor, todo estaba cerrado por eso tarde tanto y- cuando entre a la sala de reuniones pensé que no había empezado ya que mi jefe le gusta exagerar para ponerme nerviosa pero esta vez no fue mi suerte, había interrumpido con mi gran boca-

-Disculpen a mi incompetente empleada, debe estar borracha o algo, Im tira ese café a la basura y vete a trabajar -mordí mi lengua queriéndome contener de gritarle hasta de lo que se va a morir, hice una reverencia y salí de la sala para luego tirar todo el café que compre con mi dinero a la basura, luego me senté en frente a mi escritorio-

-Oye Im, ¿en serio estas borracha en el trabajo? -la pregunta de uno mis compañeros ocasiono risa a los demás-

-No, no lo estoy -contesté lo más calmada que podía pero lo que quería es quitarle la sonrisa burlona de la cara-

-Im, tienes que digitar estos papeles, son las cartas para las compras de las telas -antes de poder darme cuenta mi mesa fue llenada de un buen paquete de documentos-

-Pero pensé que yo iría personalmente para cerrar el trato con las compañías de tela -lo miré confundida y volví mis ojos a los papeles-

-El jefe no quiere que le hagas pasar vergüenza, mejor deja de quejarte y ponte a trabajar, borracha -juro que mi lengua iba a sangrar de tanto morderla, maldito trabajo de mierda-

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Al fin mi jornada llego a su fin, fueron las horas más largas de mi vida, me pusieron demasiado que hacer, apenas podía sentir mis dedos y para peor mis compañeros no dejaban de decirme borracha, aunque no es tanta la mentira, en realidad si bebía mucho pero solo cuando me sentía frustrada y hoy no era la excepción. Casi de inmediato entré a una licorería y pedí algunas botellas de cerveza para encaminarme al parque Yeouido, me gustaba beber allí ya que con este frío no iba casi nadie y ninguna persona me molestaría por estar bebiendo.