Doctora espíritu de primavera #1

34 - Demonio bajo la luz de la luna

Sobre la pared de madera, había otro mundo afuera.

Ye Yan salió del agua con los ojos brillantes, sus exuberantes pestañas se sentían pesadas mientras miraba el paisaje familiar con asombro.

Sorprendentemente, el lugar todavía no había cambiado desde su recuerdo de la infancia. A los cinco años, siempre se sintió agraviada por la obvia negligencia de su madre, siempre se sintió no deseada.

Sin embargo, no se atrevió a llorar en casa por temor a que su madre la odiara aún más.

Su padre la trajo aquí. En este mismo lugar, donde nadie está al alcance del oído, solo la soledad de la noche, él le enseñó a nadar y la dejó llorar sin reprimirse.

Luego le dijo en voz baja que aunque su madre no parecía quererla, su corazón no debía romperse. De hecho, su madre la quería mucho, su padre solía recordárselo.

Cada vez que sentía esa amarga negligencia, venía aquí y lloraba ... Solo lloraba en voz alta hasta que sentía que sus quejas se disipaban, dejando su corazón mucho más ligero.

Luego, cuando regresó, ya estaba sonriendo.

En ese entonces, cuando terminó de liberar todo el dolor que sentía por dentro, siempre había un par de manos grandes y cálidas listas para llevarla a casa.

Sin embargo, ahora, ya no había ninguno.

A través de la niebla que llenaba el aire, Ye Yan entrecerró los ojos y trató de ver a través del humo espeso.

¡Ah! Esta vista fue la más magnífica. Sobre las altas montañas que se alzaban sobre los manantiales, la luna brillaba con orgullo, pintando las nubes circundantes como un chorro de tinta.

Dirigiendo su mirada hacia el horizonte, vio montañas distantes ... ¿O eran nubes? En esta posición, ya no podía decirlo. Sin embargo, se maravilló de su belleza, de la sensación de enigma que le producía.

Abrumada por una fuerte sensación de soledad, dolor y melancolía, las tensiones de meses de vivir en el cuerpo gemelo de su hermana brotaron repentinamente de ella. Ye Yan enterró su rostro en sus manos y comenzó a llorar de dolor.

Padre, estoy sufriendo. ¿Dónde estás?

Ella estaba equivocada. ¡No debería haberse casado con Mo Rongzhan por su propio bien ni siquiera haberlo amado! Sin embargo, fue demasiado tarde.

Ahora, ni siquiera sabía cómo vengarse. Con su estado de nada ahora, ¿cómo podría vengar la muerte de su padre y su hermano?