5. Pacto

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5. Pacto


El humano no tuvo tiempo de si quiera reaccionar, pues el vampiro había aparecido en milésimas de segundo frente a él y lo había tomado de la barbilla.

-Dime, ¿qué ves en el espejo? – cuestionó aquel pálido ser.

El chico abrió los ojos y palideció cuando se percató que el sujeto no se reflejaba en el espejo.

-¿Eres...? – las palabras no salían de su boca, no sólo por aquel fuerte agarre en su barbilla, sino por el temor que estaba experimentando.

-Sí – le soltó -Me enteré por ahí que quieres hacer un trato a cambio de fama – comentó mientras caminaba por el camerino.

-¿Tú puedes dármelo? – preguntó Yeosang. Al parecer el miedo había sido sustituido por interés en cuestión de segundos.

-Por supuesto, pero a cambio—

-Sí, sí. Beberás mi sangre y eso—

El vampiro chasqueó la lengua ante la altanería del humano. Nuevamente, utilizó su rapidez para ponérsele enfrente.

-Hay más que eso – el iris de sus ojos pasó de negro a rojo.

Yeosang sintió su temperatura corporal elevarse, luego sintió que la habitación daba vueltas y por último, comenzó a sentirse adormilado.

-Yo te quiero para algo más – el vampiro susurró en su oído.

El ser podía escuchar el latir del corazón del humano, la sangre correr por sus venas y arterias... en verdad era perfecto para él.

-No me importa, estoy dispuesto – contestó Yeosang.

El vampiro sonrió de medio lado, revelando su atractivo hoyuelo.

-Jóvenes, estúpidos como siempre – murmuró.

-¿Entonces? ¿Qué harás? – insistió Yeosang, sin poder dejar de mirarlo a los ojos a pesar de sentirse mareado y cansado.

El pálido ser lo miró de arriba abajo, para después tomarlo de la cintura y acercarlo a su cuerpo.

-Probarte – giró levemente su rostro, exponiendo su cuello. Abrió la boca.

El humano rápidamente cubrió su cuello.

-Espera, ¿cómo te llamas? – preguntó con seriedad.

El vampiro borró su sonrisa y puso cara de fastidio.

-¿Por qué quieres saberlo?

-Para invocarte cuando necesite.

-Cariño, sí que estás muy confundido – sonrió y sin más clavó sus dientes en la blanca piel del joven.

Yeosang arrugó el rostro apenas sintió aquellos filosos colmillos penetrar su piel, pero aquel dolor desapareció rápidamente y una sensación de excitación comenzó a invadir su cuerpo; podía escuchar su pulso, el cual al principio fue acelerado, pero después comenzó a relajarse. Se sostuvo con fuerza del traje de aquel sujeto y soltó un leve jadeo cuando sintió la cálida y húmeda lengua del vampiro acariciar su piel y recoger la sangre que resbalaba por su cuello.

El vampiro se separó lentamente, el humano se desvaneció en sus brazos, había perdido la fuerza en sus piernas.

-Mi nombre es San – murmuró.

Yeosang terminó perdiendo el conocimiento.



[MarkHyuck] The MasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora