2. Libido

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2. Libido


-Llego tarde, ¿verdad? Es que no entendí el ritual – confesó, Lucas mientras miraba hacia la misma dirección que su compañero.

-Estuvo mal hecho – contestó, Mark.

-Seguro el típico grupo de fanáticos que no tienen la menor idea de lo que significa jugar la Ouija – bufó Lucas -¿Qué hiciste? ¿Un poco de aire? ¿Moviste muebles?

-Nada.

-¿Qué? – miró con decepción a Mark -Espera, conozco esos ojos. ¿Qué planeas?

-Una lección para el más idiota del grupo.

-¿Quién? ¿Quién?

-El que carga la Ouija – señaló con el dedo índice a la vez que su filosa uña tocaba el cristal cuarteado de la ventana.

-Vaya... qué raro, hace mucho que no escogías alguien tan joven.

-Sólo le daré una lección y ya. Será interesante – se relamió los labios.

-Pero hay alguien entre sus amigos que puede vernos.

-Lo sé, y no puedo hacer nada porque tiene protector, ¿ves?

Un ser de atuendo blanco los miraba con el ceño fruncido.

-Ugh, es verdad. Es un fastidio dialogar con ellos y más si su ahijado es puro – se quejó Lucas.

-Por lo pronto no lo considero un problema.

-¿Cuándo comenzarás?

-Esta misma noche. Eso le pasa por burlarse de nosotros con rituales mal hechos.

Una sonrisa macabra se dibujó en el rostro de ambos.



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Donghyuck dormía plácidamente a pesar del intenso frío de la madrugada y la fallida experiencia paranormal de hace un rato, cuando de repente siente unas enormes manos recorrer su cuerpo. Comenzó a luchar para despertarse, pero no podía, sentía el cuerpo entumido, como si estuviera bajo una parálisis del sueño.

Aquellas manos eran suaves y calientes, las caricias estaban cargadas de deseo y lujuria. Sintió cómo una se metió a su camisa y la otra dentro de su pantalón. La segunda mano atrapó su miembro, mientras que la otra uno de sus pezones.

-Ahh— no... - gemía sin poder controlarse -Basta.

Mark se relamió los labios y mordió la oreja de su víctima.

-Pensarás en estas caricias durante 6 noches. No podrás controlar tu deseo y ganas por saciar la lujuria dentro de ti. Harás cosas de las que te arrepentirás por no poder con tus impulsos más bajos...

Dicho esto, soltó a Donghyuck y desapareció. El moreno despertó de golpe; estaba sudado, agitado, con una mano en su miembro y la otra en su pezón.

-¿Qué... mierda pasó? – exclamó algo aturdido.

A su mente llegaron los recuerdos de aquellas lascivas caricias y sensual voz. Su cuerpo comenzó a reaccionar inconscientemente.

-No, ya no soy una adolescente para estar teniendo estos sueños – dijo para sí mismo. Salió de la cama y se metió al baño, se daría una ducha helada para poder calmarse.

[MarkHyuck] The MasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora