Estaba desayunando con las otras siervas, como ha estado en estas ultimas semanas donde perdí las esperanzas de escapar siempre al lado de Sanem, comía algunas uvas mientras unas concubinas practicaban un baile yo solo las observó y Sanem solo bromea que no tienen suficientes caderas.
—Tu tampoco es como si las tuvieras— ataco Anife, una de las concubinas.
— La diferencia es que yo lo admito y disfruto mi juventud — contrarrestó — No como tú, que jamas serás elegida. —Comenzó a jugar con su cabello.
—Oye, tú Nuray —Me hablo otra concubina de cabello rubio.
Volteo a verla intrigada y con desdén.
—¿Qué se te ofrece?
-—Tú si tienes caderas para bailar— Comentó —¿Por que no lo haces?.
—porque no me gusta. — Dije.
Muchas comenzaron a opinar en voz baja respecto a mi actitud, puse los ojos en blanco y Sanem una risilla, sabían que yo estaba consciente de lo que hablaban y tenían el descaro de murmurar frente a mis narices no le presté atención. Todo era tranquilo hasta que Fakria llegó aplaudiendo a cada paso que pisaba, daba crédito la manera en que hacía que todas cerraban la boca con su llegada y enfilar con la cabeza agachada muy a diferencia de Kanfeda la cuál se rumora que es fiel a nurbanu. Nos observo con atención con las manos en su espalda.
— había seleccionado algunas concubinas para nuestro príncipe pero...— al escuchar esto todas giraron su cabeza viéndola con temor y desasosiego. — Están indispuestas, fueron halladas enfermas
Ignore el hecho manteniendo mi cabeza baja, mire discretamente a Sanem, quien tenía una expresión neutra. Esperaba que esto fuera rápido para continuar comiendo las uvas y bromear con Sanem un poco.
— Sin embargo también echaré a las que ya no son útiles — Todas abrieron los ojos en respuestas. Camino de un lado a otro. — Tú — Dijo al frente mío — ¿Ya has estado con su alteza?— me pregunto.
No quería responderle, pero no estaba dispuesta ya volver a limpiar mierda de caballo. Negué y no quería el solo el imaginarlo me revolvió el estomago, ¿esta mujer no estará pensado en....?
— iba a enviar a Dilşah con otras concubinas, pero... tu te vez realmente hermosa — Me dijo — sería una pena que no explotarlo.
Trague duro, todo el mundo me miraba con notoria sorpresa.
— Iras con ellas... — hablo segura.
Al marcharse, mi corazón daba tumbos por la tensión y apenas comenzó a relajarse, Sanem puso una mano en su hombro dando una risa de sorpresa.
— Será que ella sabra... — Le murmuró.
— No — respondió — De haberlo sabido ya te habría cortado la cabeza.
En el harén había miradas de sorpresa y envidia, Sanem me aparto de ahí como si quisiera protegerme de las miradas cuales la mayoría destilaba veneno, fuimos a una parte escondida del jardín. Donde me explicó la gran oportunidad que tal vez podría tener ahí, lo cuál me dijo que muchas trataran de hacerme la vida imposible si llegaba a llamar la atención del príncipe especialmente Dilşah o la sultana Nurbanu me tendrían en la mira, me dio dos concejos; luchar, darle guerra a Nurbanu y a Dilşah, embarazarme, tener un trono, junto a todas las concubinas a mis pies, sonaba tentador pero... eso significaría estar obligada a no rehacer mi vida si algo llegase a pasar, el otro consejo, fue que me mantuviera lo más discreta posible, si veía la oportunidad saliera rápido.
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𝐄𝐥 𝐅𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐌𝐀 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐒𝐀║sɪɢʟᴏ ᴍᴀɢɴɪғɪᴄᴏ
Fanfiction𝕰𝖑 𝖋𝖆𝖓𝖙𝖆𝖘𝖒𝖆 𝖉𝖊 𝖒𝖆𝖓𝖎𝖘𝖆 ║𝐍𝐮𝐫𝐚𝐲 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐢𝐬𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐢𝐦𝐩𝐥𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐧𝐚, 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐥𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐮𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥 𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐲...