Capítulo XXXI -Un Nuevo Comienzo-

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Todos los que habían estado presentes en aquel juzgado se iban a sus quehaceres de rutina, algunos volvían al trabajo, otros a sus hogares pero solamente tres se habían quedado en aquella calle, Angélica estaba devastada en el suelo, su corazón sentía toda la culpa después de lo ocurrido en aquel juicio que habían ganado, pero a un altísimo precio, arruinó un feliz noviazgo, perdió su empleo, Jack la odiaba con todo su ser y ahora no tenía nada más que hacer en la Noria... Cynthia y Rosita estaban acompañando a su dolida amiga y la vulpina en un intento de hacerle sentir bien a la coneja le daba unas palabras

—Sé que vas a creer que me aprovecho de la situación pero no, no lo hago con esa intención en este momento —Refirió la dama de pelaje blanco —Las puertas de la SPD y la agencia de seguridad pública de Siberia están abiertas para ti

—S... Solo quiero morirme —Respondió Angélica con el rostro cubierto por sus manos —soy una miserable

—No digas eso —Dijo Rosita—Nos tienes a nosotras que no te vamos a dejar por nada del mundo, jamás te dejaríamos en esa situación

—La coneja tiene razón, no te vamos a dejar, amiga

Angélica solo levantaba su rostro para ver a sus dos acompañantes, Cynthia y Rosita eran las únicas que seguían con ella, eso creyó... Nuevamente su abogado de confianza aparecía detrás de ella acompañado de Harley el cuál no tenía el valor de decir nada al respecto, Angélica miraba al chico y simplemente le abrazaba en agradecimiento por lo que había hecho al final

—Harley, Gracias... De verdad—Dijo Angélica con el corazón en la mano

El chico no respondió, temeroso de la situación y de su futura charla con Stronger, Skye y Jack no le tenían nada tranquilo algo chico, él solo dijo lo que creía conveniente para que la hiena estuviese con Jack

—No se preocupe —Dijo el puma rascando su cabeza —Era lo menos que pude hacer

—Todo es mi culpa muchachos, yo fui una maldita inconsciente de lo que podría resultar en todo esto

—No tienes que culparte de nada, querida —le dijo Pepe con calma—Ya pasó y lo que importa ahora es que no hayan repercusiones más fuertes ente Savage y Winter...

—Winter... —Se dijo a sí misma —Oh no... ¡Skye va a matar a Jack!

En un taxi un joven castor conducía por las calles de la ciudad, en el asiento de atrás estaban Skye y Hugo... Éste último sentía que su amiga no estaba nada bien y quería hacerle sentir mejor y sacaba de su bolsillo un muñeco de trapo muy pequeño ... Él le decía "Lector"

—Ten, Skye... Mi muñeco te hará sentir mejor —Dijo el chico poniendo su juguete en las piernas de su amiga—Siempre le cuento mis miedos a él y al otro día me siento más feliz

Ella no respondía, las lágrimas caían sobre el diminuto muñeco bordado con colores llamativos, el silencio seguía en el vehículo y el conductor finalmente llegaba al destino acordado, Skye en silencio tomaba su bolso y sacaba un puño de billetes los cuales ponía en la mano del chico

—Señorita, ésto es mucho más de lo que debe pagar,¿señorita?

Ella ya había descendido del vehículo y Hugo en su inocente ignorancia ponía otro billete de un dólar en las manos del castor que no tenía ni la más mínima idea de que le había pasado

—Estos tipos de ciudad son cada vez más raros, no importa... En otra ocasión buscaré a esa señorita para devolverle éste dinero

El taxi se iba del edificio de apartamentos, minutos después Jack estacionaba aquel vehículo a las afueras de donde vivía y trataba de abrir la puerta... Su sorpresa no fue menor al ver que la cerradura estaba obstruida por la llave de Skye partida por la mitad

Hermanos de Sangre II: Un Amor a Prueba de Balas (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora