𝐁𝐀𝐃 𝐁𝐎𝐘 ₪ YiZhan [PAUSADA]

⋆⌘⋆ dulce omega

—¡Xiao Zhan! ¡Xiao Zhan! —un alfa de cabello azabache, iba detrás del lindo omega con una pequeña caja de chocolates entre sus manos.

El pelinegro se detuvo luego de haber podido escuchar con claridad su nombre y dió media vuelta con cuidado. Sonriendo cuando reconoció al chico frente a él.

—¡Yubin~! —exclamó feliz, acercándose rápidamente al más alto para abrazarlo.

El alfa solo pudo suspirar tal cual enamorado. —Ho-hola, Zhannie. —sonrió algo cohibido. —Yo pasaba por aquí p-para darte esto. —extendió el pequeño paquete hacia el omega.

—¡Ah, son mis favoritos! —se expresó genuinamente. —Muchas gracias, Bin-bin. —se puso de puntitas y rodeó nuevamente el cuello del alfa en un cálido abrazo.

Para el omega, Yubin era como su adorable hermano menor de otra madre. Lo quería demasiado y le encantaba cuando él le daba muchos obsequios. Realmente Xiao Zhan desconocía las verdaderas y sinceras intenciones del joven alfa.

—Me alegro mucho. —acomodó los lentes en el puente de su nariz y muy a su pesar se separó del lindo pelinegro. —Pero me tengo que ir ya que falta poco para la primera clase.

—Uh, tienes razón. ¿Nos vemos después? —su suave voz salía con plenitud acompañado de su dulce aroma a vainilla.

Simplemente encantador.

Yubin estuvo medio perdido por un par de segundos hasta que después pudo asentir rápidamente.

—Nos vemos luego. —fue lo único que dijo para correr nuevamente por los pasillos

No había omega más precioso que Xiao Zhan en todo aquel lugar, así lo sentía el lindo alfa.

—Qué bonitos. —murmuró él omega que apreciaba los ricos chocolates a través del forro de plástico que los cubría.

Unas delgadas manos se posaron sobre sus ojos, evitándole obviamente el no poder ver algo. Frunció sus finos labios rosados pero luego, gracias a su naricita. Pudo percibir el suave aroma de duraznos que provenía del omega que estaba detrás del él.

—A-Cheng. —habló con decisión, sonriendo al escuchar una risita de parte de su mejor amigo.

Xiao Zhan y Zhou Cheng habían sido mejores amigos desde que se conocieron en el primer año de escuela hace cuatro largos años atrás. Congeniaron de una manera rápida e increíble que crear un lazo especial de amistad no fue complicado.

Ahora había pasado casi un mes desde que las clases volvieron a empezar y ellos estaban por culminar sus estudios secundarios; pero a pesar de la situación, los omegas no pensaban en perder el hilo de su amistad a pesar del cambio rotundo que los llevaría el entrar a una nueva etapa.

—Hola ZhanZhan. —el peli-café se posicionó al frente y le sonrío de manera amplia, rápidamente su mirada fue a parar hacia la cajita. —Uh. ¿Y eso? ¿Te lo regalaron? —su curiosidad podía más que cualquier otra cosa.

—¡Fue Yubin! —irradió alegría a través de esa sonrisita de gomita. —Siempre es muy lindo.

Zhou Cheng instintivamente se cruzó de brazos y arqueó una ceja en clara muestra de saber lo que estaba pasando. —¿Yubin otra vez?

—¡Sí!

—Zhan, ¿No te has preguntado alguna vez el por qué siempre te da regalos?

El mencionado dejó de mirar los chocolates para prestarle atención a su mejor amigo.

—No digo que eso sea raro, pero tú sabes muy bien que desde que ingresaste muchos alfas han intentado cortejarte con flores, peluches y hasta citas. —el omega se ruborizó al recordar todas las veces que le había pasado aquello. —y Yubin...

—¿Estás diciendo que Bin-Bin intenta hacer lo mismo?

El peli-café asintió. —De seguro lo hace pero al ser un tanto cohibido no te lo dice de manera directa.

Xiao Zhan soltó un jadeo de sorpresa y decepción. —No. No, él no. —se quejó suavemente. —Yo lo quiero mucho, pero como si fuera mi hermano menor. —apegó la pequeña caja aún más a su pecho. —No quiero que se sienta herido por mi culpa.

—Hey, no. Tranquilo, tú no tienes la culpa de nada. —rápidamente se acercó al mencionado para abrazarlo.

—Sí la tengo. Yo siempre ocasiono estás cosas y por eso ya perdí a Darren Wang. —se acurrucó en los brazos de Zhou Cheng.

—Claro que no, él debía de entender que tú no estabas interesado en él como algo más que un amigo. Son tus decisiones y debe respetarlas.

—¿Por qué me pasa esto?

—No te lamentes, al contrario, eres un omega demasiado precioso que se roba la atención de muchos alfas lindos. —intentó bromear para dispersar el mal momento.

—Pero a veces es muy incómodo. —se quejó. —siempre intentan cortejarme aún y cuando les digo que no.

—Ah, es que muchos de ellos son tontos. —frunció sus labios con molestia al pensar en todo lo que su mejor amigo tenía que soportar.

—Y lo peor es que muchas veces me siento mal cuando los rechazo, no me gusta que se pongan tristes.

—Eres demasiado dulce para este asqueroso mundo. —Cheng se separó de él luego de haberle dichos aquello. —Pero por nada del mundo permitas que se interponga ante tus palabras. Eres tú quién decide siempre, ¿Está bien?

Xiao Zhan asintió levemente mientras le regalaba una pequeña sonrisa.

—¡Muy bien! —aplaudió en acuerdo. —Ya verás que pronto conocerás a un alfa que encaje totalmente contigo, con el que puedas sentirte libre y expresarle todo el amor que sale de tu corazoncito. —picó sutilmente el pecho del omega y ambos soltaron risitas.

Zhou Cheng era un bello y radiante sol que siempre lograba hacer sentir mejor al pelinegro omega.

—Será algún día, pero no pronto. —habló con calma. —Por ahora debería concentrarme en seguir estudiando y no en pensar sobre los alfas que merodean a mí alrededor.

—¡Suena bien! —exclamó. —Sólo pido que aquel alfa que quieras para ti sea un total caballero. Porque si no es así... —fingió una mirada asesina. —... Claramente se las verá conmigo

—De acuerdo, A-cheng. Es más te lo prometo. —alzó su delgada mano derecha. —No me cruzaré nunca con algún alfa tonto cabeza hueca.

Ambos omegas se sonrieron nuevamente, entrelazaron sus brazos y se dispusieron a tomar camino al salón de su primera clase. Nunca faltaron las miradas atentas y bobas de muchos alfas y betas hacia Zhan.

El aroma dulce y suave de vainilla era simplemente un deleite a la opinión de cualquier espectador.