Pertenecer

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En donde estaba, me sentía realmente bien, siendo el rey de los mediocres, parecía estar en la cima, más solo de mi charco, pues era como esa rana nacida en las aguas de un pozo, pensando que solo esas pocas nubes que veía, formaban todo el cielo...

Al juntarme con gente de verdad, al salir de golpe de aquel pozo, sentía como arrancaban mis plumas inservibles, para que crecieran las alas de volar, fue muy triste, por mucho que lo intentara solo podía seguir viendo como la gente de verdad corría, corría, corría y...
Despegaba.

Pese a todos los sonidos que me rodeaban; personas, risas e historias, era como si nada importara, porque yo seguía encerrado en mi burbuja, una horrenda barrera que me distanciaba de todos, verdaderamente me sentía como un impostor... Hasta que al fin comprendí, que nada de eso me pertenecía, no lo merecía.

La idea de que estaba desperdiciando la oportunidad que se me había dado, toda la calidez que sentía, personas cálidas, risas cálidas, historias cálidas... Tenía asco de mí mismo, e imaginar, solo por un segundo, que toda la felicidad que recibí de esas personas, se desperdició... Sentía ganas de vomitar, me odiaba tanto...

Ahora estoy donde pertenezco...

Ahora lo comprendo...

No era yo... No eran ellos...

Eran mis sueños los que no estaban allí conmigo en ese momento...

Ya lo entiendo...

...

soy imbécil

Alegorías al vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora