Cada día que te mantengo en secreto
Me excito al mirar tu expresión,
Es como una mezcla muy dulce
De miedo, horror y temor.
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Aquel día que sola te encontré
Bendito el dios, al que mi ofrenda dediqué,
Más no buen Dios, un dios muerto,
Al que en el infierno saludaré contento.
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Infames son sin duda, las caricias que te dedico
Junto al altar del que es ahora, mi dios favorito
Algún día le agradeceré lo suficiente, ahora,
Confórmese solo con su flor, su sangre inocente.
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Ayer cuestioné a mi familia, muy insensatos decían
Que las lágrimas no podían saber a vainilla,
Y ahora me encuentro solo,
Junto a la causa de mis sonrisas.
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Despierta, amada mía,
Tus dulces sueños no deben empezar,
No todavía. El cristal roto hace que rías,
¿No es así... llorarías?
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¿Dónde estás?
...
¿Te has escondido?
...
¿Acaso crees... que te he perdido?
...
Tu olor... que divertido.
Zafiro
