Despisto estas ganas con pensamientos impuros,
Y aguanto hasta que el resurgir de héroes que poco me importan termine.Apurado me dirijo al baño que se esconde al bajar las escaleras,
Puesto que la oscuridad del comunismo nos impide reparar el propio.Me detengo, frente una puerta sin puerta y aspiro con pesar los vientos grises que a mí llegan.
Una locomotora salvajemente avienta bocanadas contra aquella ventana.
Una locomotora expulsando silenciosamente sus gases de nicotina.No hay ruido pero ¿Por qué?
Sí aunque quizá en ese humo de vicio se sumergen solo quienes lo calientan
Aún así está prohibido, entonces
¿Por qué no hay ruido?Quizá por las propias aves graduadas de esta montaña de basura que arrojan el carbón a través de sus garras negruzcas.
Como sea, me marcho o espero
Me marchoDispuesto, aunque con cierta irritación a sumergirme una vez más en ese mar de pensamientos impuros.
A la vez dispuesto a interrumpir la maquinaria de mi conocimiento que se alimentará esta vez de cifras con para mí poco, pero suficiente sentido.