10│Fallin' light

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Ambos estaban recostados de espaldas en la cama de Johnny con una sonrisa dibujada en los labios. Sus manos seguían entrelazadas y en ocasiones el más alto besaba el dorso de la diestra de DoYoung junto a cada uno de sus suaves dedos. El enfermero se reía, puesto que los suaves y dulces besitos de su parte le provocaban ligeras cosquillas en sus manos. De la nada, el mayor le comentó que quería hacer algo y al momento en que Johnny lo escuchó frunció el ceño.

-¿En serio harás eso? -Johnny se giró en dirección a DoYoung.

-Por su puesto, quiero hacer bien las cosas -besó con un casto beso la nariz del chico.

-Pero apenas llevamos un par de horas juntos -se giró dándole la espalda a DoYoung y se dispuso a abrazar su almohada.

-Ya te dije que quiero hacerlo bien y para lograrlo necesito hacerlo-abrazó la amplia espalda de su paciente.

-¿Y si no es lo que esperas? Tengo miedo -DoYoung se levantó y pasó por sobre el cuerpo de Johnny para quedar nuevamente frente a él, tomar sus mejillas con sus manos y darle pequeños cariñitos con sus pulgares.

-No deberías tener miedo Johnny. Yo debería ser el que está asustado, soy yo quien lo hará -besó ambas mejillas.

-Yo igual tengo que hacerlo después, así que yo también me expondré -le devolvió el beso pero en vez de hacerlo en las mejillas lo hizo en los labios.

Jugaron a darse besos por un buen rato, incluso ni siquiera se fijaron en la hora hasta que escucharon la puerta principal cerrarse junto con un par de voces; una masculina y la otra femenina. Ambas fueron extremadamente fáciles de reconocer para la pareja, así que se levantaron de la cama y DoYoung arregló su ropa junto con la de Johnny. Las manos de los dos se entrelazaron apenas se rozaron y sus manos encajaban a la perfección, como si estuviesen diseñadas especialmente para que se mantuvieran juntas.

Bajaron las escaleras con mucho cuidado, DoYoung vio que los señores Seo se encontraban en la sala de estar sentados en los sofás individuales descansando, así que jaló a Johnny con él hasta que los dos quedaron frente a los adultos. Las manos entrelazadas no pasaron desapercibidas para la señora Seo, quien simplemente sonrió tiernamente.

DoYoung tomó todas las responsabilidades y se dispuso a hablar con todo el respeto y calma posible. Expuso frente a la pareja de adultos cuánto quería a Johnny y no como un paciente, sino como una pareja. El chico también expuso que se había enamorado del enfermero sin premeditación, simplemente su corazón lo había escogido.

Los adultos se miraron perplejos por un segundo y la primera en hablar fue la señora Seo, quien estaba muy feliz de que DoYoung aceptara los sentimientos de su hijo, estaba eternamente agradecida con todos los dioses del cielo por esta maravillosa noticia, sin embargo, el padre del chico no se veía para nada feliz en comparación a su esposa.

El señor Seo se sorprendió de sobremanera que su hijo gustara del joven enfermero, pero se impactó aún más cuando el enfermero solicitó el permiso de ambos para empezar a cortejar e invitar a citas a Johnny. Tenía que admitir que nada de esto se lo pasó por la cabeza alguna vez en su vida, o sea él lo que esperaba de Johnny es que se graduara, asistiera a un universidad, que tuviera alguna novia, una esposa, un trabajo decente y sus propios hijos, pero nada era así. El mayor suspiró viendo nuevamente a la pareja y se dio cuenta de algo; el chico que sostenía la mano de su hijo, no era cualquier persona, era DoYoung, osea el joven enfermero que ayudó a Johnny a seguir avanzando. Él conocía a su hijo y la sonrisa que portaba pintada en sus labios era prueba de que el enfermero lo haría feliz y Johnny a e él.

-Solo te pediré joven Kim, que cuide de Johnny, al igual que tú, Johnny, cuida de DoYoung -es fue la única recomendación del señor Seo les hizo a ambos antes de ponerse de pie y abrazar a los dos.

Fallin' light│JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora