TaeYong pasó a la siguiente hoja en blanco para seguir apuntando cosas que creía relevante con respecto a las emociones de Johnny y sus gestos, todo esto mientras esperaba a que Johnny volviese del baño. Se estaba tardando un poco así que DongHyuk sacó su celular para revisar sus redes sociales y avisar a sus padres que se encontraba con TaeYong para que no se preocuparan.
El pelinegro comenzó a dibujar figuras en las esquinas de las hojas y comenzó a preguntar si esto tendría el éxito que esperaba en un futuro. Él creía que sí, pues la historia era rica y por sobre todo real, sin embargo, la editorial tenía que darle el visto bueno y si a ellos no les gustaba, la historia no saldría a la luz, además de que él mismo perdería su trabajo. Se arrepintió enormemente de haber puesto sobre la mesa su puesto defendiendo su idea, pero como dicen por ahí, el que arriesga no gana.
Johnny llegó y se sentó en su lugar, DongHyuk guardó su celular para poner atención a la continuación de la historia, pero a TaeYong le surgió una pregunta que si se profundizaba un poco tal vez obtendría algo que le serviría mucho.
-Johnny, ¿alguna vez sentiste celos de Yuta? -lo miró expectante.
-¡Pfff! Si los celos fuesen ladrillos ya me hubiese construido una casa -se acomodó aún más en el sofá.
-¿Quién es Yuta? -intervino DongHyuk.
-Es un amigo de DoYoung y mío, además de ser el eterno rival de Johnny cuando se trata de tener la atención de Dongs -informó con cierta risa en sus palabras.
-¿Y ese tal Yuta y DoYoung estuvieron juntos? Digo, por algo Johnny sentía celos -el alma de vieja chismosa de DongHyuk afloró en su máximo esplendor.
-¿Yuta y DoYoung? - TaeYong rió tan fuerte que tanto Johnny como DongHyuk no sabían si era una risa de burla o de maldad- tú sí que eres gracioso. Ese par de idiotas son como dos hermanos separados al nacer que comparten una sola neurona. Son muy, muy cercanos, ya que Yuta llegó a la vida de Dongs en la primaria y ha sido su mejor amigo desde entonces.
-Comprendo -se quedó pensativo un rato- ¿y él es guapo?
-¿No era que te gustaba TaeIl? -preguntó TaeYong con el ceño fruncido.
-El hecho de que esté a dieta no significa que no pueda ver el menú -sonrió con suficiencia.
-Qué buena frase DongHyuk, voy a empezar a usarla... -escuchó que alguien tras suyo se estaba aclarando la garganta, un aroma a alcohol antiséptico llegó a su nariz- Llegó Dongs, ¿verdad?
-Así que quieres ver otros menús, ¿eh? -le pellizcó una mejilla a su novio y este se quejó.
-Nada que ver amor mío, yo solo estaba tratando de que Tae no regañara a DongHyuk -hizo un puchero y a lo lejos se escuchó un "no iba a regañar a DongHyuk" por parte del traidor de TaeYong.
-Sí claro -siguió pellizcando las mejillas del más alto.
De la nada DongHyuk se puso de pie y saludó cortésmente a DoYoung, quien había ignorado completamente la presencia del moreno. El chico rápidamente defendió a Johnny diciendo que él solo lo defendía del mal carácter y malos tratos de su empleador, así que TaeYong se llevó unos cuantos regaños por parte de su amigo, ya que, cómo se le ocurría tratar tan mal a un chico tan dulce y cortés como DongHyuk. TaeYong por su parte miró feo al más joven del lugar y prometió que se vengaría más tarde.
-Tengo una pregunta -interrumpió los pensamientos de TaeYong y las demostraciones de amor de DoYoung y Johnny - ¿DoYoung, a usted le gustó alguna vez Yuta?
-Dos cosas -lo miró seriamente por un instante y después sonrió-, la primera es que no me llames de usted, no soy tan viejo. Y lo segundo, jamás miraría a Yuta con otros ojos que no fuesen de amistad. Lo adoro al igual que a TaeYong, pero solo he amado a Johnny en toda mi vida, es el único que hace que mi corazón se altere con apenas un sencillo roce -eso fue suficiente para que DongHyuk muriera de un ataque por aquellas dulces palabras.
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Fallin' light│JohnDo
FanficJohnny es un chico de dieciocho años que debido a un mal diagnóstico sufre un desprendimiento completo de la retina, perdiendo su vista para siempre. Lleno de frustración, enojo y tristeza, adopta una postura hostil frente a su familia y la vida. E...