𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 || ᵍᵉⁿˢʰⁱⁿ ⁱᵐᵖᵃᶜᵗ

X i a o

C o n f u s i ó n

Cinco años o quizá seis tenía ella cuando escuchó por primera vez sobre aquel Yaksha gracias a su padre. La noche comenzaba a caer con calma, el fresco de la noche a causa de aquella llovizna, junto a las gotas estrellarse contra el suelo causaron un tranquilo ambiente, perfecto para oír sobre la historia de aquel mundo.

—Parece triste, pero igual se ve enojado, ¿Quién es el papi?— cuestionó aquella pequeña niña de castaños cabellos, aquel chico de dorados ojos le causaba curiosidad.

Aquel hombre sonrió con calma antes de tomar el libro nuevamente en sus manos —Es un Yaksha, el libro dice que: los Yaksha son poderosos, pero están obligados por su propio karma a sufrir grandes horrores. Vagaron por la tierra en un estado de sufrimiento interminable"— mencionó el hombre de ojos miel leyendo con calma aquel libro, la expresión de la niña era tan adorable, parecía querer llorar solo por saber aquello.

—¿Qué se pueda hacer para que no sufran?— cuestionó con rapidez, acercándose aún más a la orilla de la cama, su padre revolvió sus castaños cabellos ante su inocente preguntan y busco en aquel libro.

—Aquí dice que para consolar a los Yaksha se pueden hacer ofrendas de comida, cánticos sagrados, entre otras cosas similares— tan pronto dichas palabras salieron de los labios del hombre la niña se bajo con rapidez de la cama para comenzar a buscar un objeto en la habitación que compartía con su hermano.

—¡Estoy aprendiendo a tocar flauta!, ¿sirve?, la maestra nos enseñó una canción, ¡mira mira!— la pequeña toco una corta melodía en aquel instrumento mientras su padre sonreía —¡Aprenderé a cocinar!, ¡todo será para ellos!—

—Puras tonterías, ni los Yaksha ni los dioses existen, son puras tonterías—  pronunció el hermano mayor de aquella niña con molestia, acomodándose en su cama para dormirse, no planeaba escuchar semejantes tonterías.

—¡Tonterías tu!— refunfuño la niña a lo cual el niño le saco la lengua haciendo enojar aquella pequeña, el padre solo suspiro ante aquellas acciones.

—Bueno, bueno, si existen pero son inútiles y puras tonterías, no deberías confiar ciegamente en ellos, es algo ridículo— menciono aquel chico mientras sujetaba el puente de sus nariz irradiando molestia.

—Ya ya, a la cama y a dormir, mañana continuamos la lectura— pronunció el hombre mientras arropaba a la niña que se encontraba refunfuñando a causa de las molestas palabras de su hermano mayor, siempre después del  beso en su frente que le dejo su padre se calmó. Si, el hombre tenía la costumbre de dejar un beso la frente de cada uno de sus hijos —Descansen— mencionó con una pequeña sonrisa y después de eso salió de le habitación.