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Siento como si estuviera en la meta, pero me detuve a unos metros, y mientras más miró más me alejo, y poco a poco siento como manos se posan en mi espalda llevándome hacia atrás. La meta se ve tan brillante y cálida, pero al mismo tiempo no puedo moverme hasta ella. De lo que no me debía preocupar hace meses, está volviendo con una sonrisa y un recordatorio murtuorio, y aunque intente cerrar mis ojos e ignorar a estos, llegan en los momentos de paz filtrándose por mi piel como un virus a punto de infectar a su huésped. Pero la enfermedad llevaba tiempo, y no hice nada mientras lo veía recorrer mi cuerpo cubriéndome. Y mientras veía como era abrazada por esta sombra sin oponerme, ví como a ella también la cubría, y ahora que me intentaba oponer e intentaba llegar hasta ella, mi voz no le llega, y me encuentro gritando a su lado a oídos tapados y consumidos por la misma penumbra que deje que me consumiera. Cosa que al mismo tiempo siento que hace mi habilidad de comunicarme se debilita y es cubierta por una máscara hecha con apatía que realmente es la falta de transmitir lo que quiero. Y ahora cuando tengo ventana para decirle lo que quiero, para liberarla de ese peso haciendo mi voz llegar, mi voz se traba por un temor al algo mayor. Y ahora me encuentro con dolor de cabeza luego de muchas noticias, y me pregunto "¿Qué será del mañana?"

24/5/21

Thoughts of a suicidal mindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora