CAPITULO DIECISEIS

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¿Hasta cuando te vas a resistir? Se repetía una y otra vez en la cabeza de la castaña, cualquier chica mataría por estar en su lugar. Sin embrago, ella lo rechazaba.

Finn podía tener a la chica que quisiera, con solo una mirada y una palabra tenía a cualquiera a sus pies. Ella no, ¿porque me haces esto ______?

El orgullo le ganaba, la chica era demasiado orgullosa para admitir y dejarse controlar por aquel rizado.

—¿que no me voy a escapar? acaso crees que me tienes?—pregunto ella con voz burlona y una mirada retadora

El la vio—No vas a resistirte toda la vida

—Mientras tanto, vive con eso hermanito, en fin, baja a comer—ella le palmeo el hombro mientras se soltaba de su agarre

La chica bajó y vio a la "feliz pareja" hablando de un tema de la empresa.

"¿Cómo mi madre puede ser tan estupida?", una pregunta que sonaba en su cabeza, ¿lo perdonó en una hora?, ¿que le dijo para convencerla?, mientras más los veía más dudas se generaban en su mente.

Nos dejamos llevar por las apariencias y las palabras bonitas de las personas, cubriendo sus intenciones más allá.

Miranda vio llegar a su hija y se calló automáticamente mientras una sonrisa ladeada se formaba en su rostro—y tu hermano?—"esta por bajar" musitó la chica por lo bajo mientas se sentaba en aquella mesa donde se encontraba una cena que se miraba exquisita

Finn bajó con un sudadero verde y sus shorts azules, su cabello aún mojado por el baño que se había dado antes de que ______ llegara a su habitación.

Es tan jodidamente sexy.

Vamos ______, controla tus pensamientos se repetía la chica a su misma.

—Bien, siéntense y les voy a servir—ordenó Miranda mientras sacaba un cuchillo especial para partir la lasaña

Después de eso todos comenzaron a comer, solo se escuchaba el sonido de los cubiertos chocando contra los platos, una cena bastante incómoda. 

Eric fue el primero en hablar—Y ya saben que es lo que quieren seguir en la universidad

No hubo respuesta alguna.

—Asumo que no—acotó mientras metía otro pedazo de lasaña a su boca

Al rizado se le había ocurrido una idea para hacer la cena más interesante.

Él estaba sentado al lado de su hermanastra, la cual estaba distraída viendo la comida en su plato. El bajo una mano disimuladamente y la colocó en su muslo; ella se erizó ante el tacto.

Él subía y bajaba su mano por el muslo de la chica, los cuales para su parecer eran perfectos, ya que eran algo gruesos y voluminosos, eso lo volvía más loco.

Ella tomó limonada y se atragantó un poco—Te quedó muy buena la cena mamá, e-esta de maravilla

Ella le sonrió cálidamente—Que bueno que te gusto cariño, ¿estás bien? te vez algo sonrojada

—¡si! digo, solo hace algo de calor—ella quito la mano de Finn rápidamente y se removió en su asiento

Terminando de comer Miranda había propuesto "la peor idea" desde el punto de vista de su hija, ver una película en "familia".

||Hermanastros|| Finn Wolfhard y tu|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora