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No sé si me gusta escribir.

Tantos lo describen como una experiencia tan liberadora, que el sentirse realizado tras plasmar palabras en un papel parece más una exigencia que una consecuencia.
Es por eso que no escribo demasiado.

No me malinterpreteis, no trato de infravalorar la literatura, es más, amo leer; pero ¿de veras se supone que debería sentirme realizado pulsando letras sobre un teclado? Suena ridículo.
Si acaso con la comprensión y el apoyo de unos lectores, a los que no lograré cautivar, pues dificilmente se detendrán a leer el producto de la angustia de un adolescente frustrado.

Las cosas son así, lo siento literatura, no creo valer para esto. De hecho, no me siento cómodo, es como si conversara a solas con una persona insoportable que no deja de lamentarse, por lo que siento todo lo opuesto a la liberación.

No obstante, aparecerán nuevos experimentados para dictaminar que escribir se trata de "el sentido de la vida" e incluso, que hacerlo es tan necesario como respirar y, como una inspiración no nos resulta liberadora a menos que nos estemos ahogando, he optado por escribir algo, palabras, cualquier cosa, sin saber muy bien el qué.



Nunca Pasa NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora