Capítulo 9

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2 años después. Año 1990

Conforme los meses transcurrían para los seis vampiros y un hiperactivo niño, todo se volvía de cierta manera rutinario, en un buen día Esme encontró a su nieto acostado en el piso de madera de la estancia.

– Harry cielo, ¿Qué haces? – Éste veía fijamente el techo.

– Hace mucho calor, y el piso esta frio.

– Puedes enfermarte, ¿Te gustaría que te lleve a nadar?

– No tengo ganas de nadar y mamá dijo que ya no podía comer más helado, me comí un litro hace una hora.

– Si, escuche un poco de ello, ¿Qué dices si te hago una bebida fría de mango?

– Seria super genial abuelita – Harry se levanto y ambos se dirigieron a la cocina, Harry había tomado el habito de subirse a la isla y esperar sentado a que le prepararan sus alimentos, él había querido aprender, pero a todos les encanta consentirlo. Esme le preparo una bebida que era un raspado de mango congelado y Harry disfruto mientras Esme se sentaba en un banco junto a y lo veía casi de frente, pronto Rosalie llego.

– Harry, te prohibí comer cosas heladas.

– No mami, tú dijiste que ya no podía comer helado, esto es raspado de mango – Esme solo sonrió cómplice.

– Es cierto Rosalie.

– Esme... – Rosalie casi por inercia dio un suspiro resignada, era casi un habito (a pesar de que no lo necesitaba).

– Oye abuelita, mi abuelito me hablo que antes de que yo naciera tenían casas por todo el mundo en lugares fríos, podríamos ir a algún lugar frio, es verano y estoy hasta el diablo del calor.

– ¡HARRY! ¿Quién te enseño esa expresión? – Lo comenzaba a regañar Rosalie.

– Tío Jasper la dijo un día cuando tía Alice tiro a la basura una de sus playeras favoritas.

– Bueno no lo digas de nuevo, son expresiones muy groseras.

– Tu mami tiene razón cielo, esas expresiones no son propias de un caballero – Harry agacho la cabeza apenado.

– Lo siento, no fue mi intención queridas damas – Luego levanto la cabeza con una gran sonrisa – ¿Entonces si podemos ir a una casa donde haga mucho frío?

– Claro que si cielo – Esme acaricio su cabeza – hablare con tu abuelo – Se puso de pie y se fue al despacho de Carlisle, Harry solo sonrió y siguió comiendo su raspado, mientras Rosalie lo veía como se salía con la suya.

Harry estaba emocionado, viendo como sus tíos registraban las maletas, ya había pasado navidad y año nuevo, estaban casi a principios de enero, que eran los meses más calurosos (diciembre, enero y febrero). No recordaba su primer viaje en avión y todo le causaba curiosidad.

Iba a ser un viaje largo, tuvieron que viajar en una camioneta rentada a São Paulo y ahí abordar el avión, para viajar de unas 18 a 19 horas aproximadamente, afortunada o desafortunadamente no harían ninguna escala, por lo que cada vampiro en un bolso de mano llevaba cosas para distraerse durante el viaje. Abordaron el avión y Harry tomo asiento entre Emmett y Rosalie. Pronto comenzó el ascenso del avión y Harry casi estaba encima de su papá viendo por la ventana. Habían viajado casi en la noche para poder llegar por la tarde, ya que el sol se escondiera un poco (si es que llegaba a salir), la diferencia de horario era de menos una hora en Canadá, o a su lugar en específico: Calgary, Alberta, Canadá. Al llegar al aeropuerto viajarían unos 30 minutos en auto hasta su casa.

– Mami me duelen los odios – decía Harry con sus ojos llorosos.

– Oh ok espera un poco – le hablo a la sobrecargo y le pregunto qué podía hacer, ella le dijo que podría aliviarse con unos tapones y enseguida le traería algunos, regreso pronto, Rosalie se los puso a Harry y aunque aminoro un poco, no bajaba completamente, Emmett lo tomo en brazos y comenzó a arrullarlo para que se durmiera, tomo un par de horas, pero por fin Harry se había quedado dormido, todo el avión lo estaba, con excepción de los vampiros.

dance with the nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora