Amores Eternos - Fanfic Hermandad de la daga Negra (BDB)

Capitulo 4

Benja colgaba la llamada, sus manos temblaban. Era un lesser, ese tipo de la foto era un asesino. Y pensar que Sariel había estado tan cerca de ese asesino, sus amigos no preguntaron cómo y dónde pero si le confirmaron su miedo, era uno de esos. Miro el reloj y vio que eran casi las dos de la tarde, tal vez Sariel estaba trabajando.

No quería alarmarla pero tenía que decirle, era de suma urgencia. Miro su escondite, aseguro su puerta y busco su abrigo. Se escaparía, era lo mejor que podía hacer. Llenándose de valor entro al agujero y rezo porque nadie notara su falta, sus padres estaban descansando.

Cuando llego a las afueras del jardín, abrió la reja desactivada y salió, se sentía libre, fresco pero la ola de dolor en su cabeza lo ataco, su cambio estaba próximo y eso lo tenía mal. Camino hasta la carretera y espero un taxi, al ver uno casi se tiro encima, indico el lugar y respiro con tranquilidad.

Suspiro pensando en lo que se había ocurrido, era una locura pero era la única forma de no alejarse de Sariel porque apenas cambie se uniría a la hembra, no quería eso, no podía concebirlo. Quería estar al lado de Sariel, necesitaba estar a su lado, no entendía por qué, tal vez estaba enamorado y no se daba cuenta, porque nunca se había sentido así. Sabía que los machos solían marcar a sus hembras, pero no estaba seguro de como ellos podían deducir quien era su hembra.

Era tan confuso, tan estresante. Según su plan, él y Sariel si aceptaba, se irían, se mudarían al piso de su abuelo, ese que solo él conocía. En el edificio comercial, donde solo Vivian estrellas de cine, porque eran caro. Como su abuelo fue un vampiro, todo estaba diseñado para él, las pocas ventanas se cerraban en el día, la privacidad era extrema y podría ayudarse en eso si pasaba el cambio.

Tenía dinero, la fortuna de su abuelo, estaba a su nombre y podía usarla cuando quisiera, tenía las tarjetas, documentos, todo. Solo necesitaba ir al banco y listo. Lo único que le preocupaba era Sariel y su alimentación. Para el cambio necesitaría a una hembra, necesitaba esa sangre. Pero, ¿Dónde podría encontrar a una hembra que lo sirva? ¿Podría alquilar una o comprarla? No sabía, eso lo estaba desesperando.

Lo demás estaba claro, ya tenía su maleta lista, estaba seguro que Sariel aceptaría, aunque no tenía por qué aceptar, solo eran amigos, pero tenía miedo a que se niegue, a penas el desaparezca, sus padres irían por ella, por eso debía llevársela lejos, esconderla.

- Es aquí, gracias – pago el servicio y salió, estaba nublado, agradecía

Vio el edificio y llego al vigilante, pregunto por ella pero le dijeron que había pedido la tarde libre, maldijo y decidió ir a su departamento. Tecleo su número y no recibía respuesta. Intento una vez más y respondieron.

- ¿Alo? – la voz de un hombre lo detuvo,

- ¿Sariel?

- ¿Quién habla?

- ¿Ud. Encontró este móvil? ¿Dónde lo encontró?

- No lo encontré

- ¿Entonces?

- Ella me lo dio, ¿Con quién hablo?

- ¿Quién es Ud.? – estaba empezando a cabrearse

- Que te importa, ¿Quién eres tú?

La voz rasposa y autoritaria del tipo lo hizo enfurecer, ¿Quién era ese bastardo? ¿Qué hacía con el móvil de Sariel?

- ¿Dónde está Sariel? – exigió

- Vistiéndose –

- ¿Qué? - la ola helada lo congelo ¿Vistiéndose?

- Llama más tarde, estamos ocupados – escucho el claro sarcasmo