Capitulo 6

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Richard Geller se miraba al espejo, no tenía arrugas, bueno solo unas cuantas, típicas de alguien que hacia expresiones exageradas, las patas de gallo apenas empezaban a notarse, su cabello seguía oscuro, sin presencia de canas, su castaño claro ayudaría en el proceso. Sus ojos azules oscuro seguían impactando, su sonrisa cretina también.

Reviso su barba, poco, la dejaría por hoy. Termino de acicalarse y fue directo a su habitación, miro con desgana el desorden que tenía, pateo lejos unos tacones aguja que lo molestaron. La zorra de turno seguía dormida en la cama, otra vez tendría que comprar sabanas nuevas, esas ya estaban infectadas, y no por él, sino por la mujerzuela costosa que estaba ahí.

Toda desparramada, su cabello rubio esparcido por sus almohadas, su mano sobre su pecho. Sus senos falsos resaltaban, todo en ella era falso. Hasta el orgasmo que tuvo, porque el no, el evito eso. Se disculpó y a dormir, pensó que ella se iría pero pidió quedarse.

- Ya me voy – dijo haciendo que ella se despierte y mire alrededor – vístete

Agradeció que ella aun mantenga su maquillaje, porque no soportaría verla sin eso. La zorra tenía los ojos verdes, se vistió rápido como toda una profesional, se acercó y le sonrió.

- No olvides llamarme si me necesitas – le dio una tarjeta – la próxima no te cobraré

- Claro

La guio a la puerta y cerro, por fin pudo soltar el aire, recostarse en la puerta y jurarse que sería la última vez que traería a alguien a su piso. Todo porque lo rechazaron, porque no pudo soportar la idea de ser pisoteado otra vez, y menos por ella, por esa mocosa. Por Sariel.

- Diablos – se arrancó la toalla solo para verse excitado – puta madre

Maldijo mientras iba a la ducha, la abrió y dejo que el agua fría lo golpee pero era tarde, su excitación le decía que seguiría ahí hasta que lo calme. Tocándose molesto empezó el trabajo, cerró los ojos y se concentró en ella, en esa mocosa. En sus ojos amarillos, en sus labios naturales, en su sabor.

Jadeo ante el solo recuerdo del beso, su sabor era exquisito, cautivante, afrodisiaco. Su cuerpo, hermoso, su calor. Su clímax llego rápido, soltó una maldición mientras dejaba que todo se vaya por la rejilla, después más calmado, limpio su cuerpo y decidió que ya era suficiente, tenía que dejar esa mierda de lado.

Más tarde estaba saliendo de una cafetería con su vaso en la mano, al menos se había dejado puesto el abrigo, el invierno no parece perdonar a nadie o alejarse. Subió a su Grand Cherokee y arranco rumbo a la oficina.

Al llegar saludo a Matty paso, abrió su caja de mensajes, como era costumbre tenía muchas cartas, peticiones y "Hola, Hola" una carta del banco. Maldijo y la abrió, claro el había pedido un crédito para la compra de esa casa soñada para Sariel, se lo estaban autorizando, él tenía que llamar pero ¿Para qué carajos? Si lo habían rechazado.

La arrugo y la tiro al tacho, llego a su espacio y de reojo vio el lugar vacío de la mocosa, vio la hora y aún era temprano para ella. En diez minutos entraría corriendo como siempre, encendió su máquina y empezó a teclear una nueva columna.

- ¿Ya la tienes?

Richard levanto la mirada y vio a su editor, ¿Qué rayos? Miro la hora y vio que otra vez se había perdido en el tiempo, eran pasadas las dos de la tarde. Tenía cinco diferentes columnas, tenía que escoger una.

- Dame unos diez minutos y te la envío

- Claro

Reviso los archivos y envió los que creía que estarían bien. Su estómago sonó, tal vez algo de comida le haga bien, se levantó un poco para verla, disimulo estirarse pero no estaba. Le pareció raro, aunque una vocecita en su interior le dijo "Pidió el día para verse con él". Claro la mocosa conseguía novio y se largaba.

Amores Eternos - Fanfic Hermandad de la daga Negra (BDB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora