Amores Eternos - Fanfic Hermandad de la daga Negra (BDB)

Capitulo 5

Sariel terminaba de servir el arroz con la salsa que Benja le había dicho, no se veía apetecible pero era lo que el podía comer. Vio como el muchacho sonreía y guardaba el móvil, al parecer su treta estaba funcionando.

Usaban solo ropas cómodas, pijamas. Habían platicado bastante de como harían si llegasen a mudarse, aunque ya era casi seguro que lo harían. Benja estaba convencido de tenerla a su lado por la eternidad, o hasta que ella vaya al fade, el iría con ella.

Parecía romántico, lo era pero no podía dejar de sentir cierto miedo al pensar en cómo lograrían tan siquiera superar la transición que ya estaba próxima. El trataría de conseguir a una hembra que lo apoye, no le gustaba la idea pero tenían que hacerlo.

No podía hacerlo vivir con su sangre, además ella no resistiría que el este chupándosela siempre. Lo vio sentarse y sonreírle, se sintió tan especial. La canción "Easy" de "The Commodores" empezó a resonar en su mente, claro todo era fácil.

- Pareces feliz – se sentó frente a el

- Mi amigo apoya en esto, me dijo que ya hablo con mi padre, le creyó

- Eso espero

- Sí, me lo aseguro

- ¿Él sabe de mí?

- Algo pero piensa que eres una hembra, vampira

- Bueno, no lo soy

- Para los demás lo serás, ya veremos la forma

- ¿usare colmillos falsos?

- No, solo bastara con decirlo y listo

- ¿Cuándo planeas mudarte?

- Mudarnos – corrigió – la próxima semana, mis padres tienen reunión otra vez con la Glymera, aprovechare que no estarán y mentiré sobre la cita con la hembra

- ¿Y si estas en plena transición?

- Esperemos que no o si, espero podamos llevarla bien cuando estemos en otro lugar

- ¿Ese edificio está lejos de aquí?

- No tanto, pero mi familia nunca supo que mi abuelo lo tenía, era su escondite. Me lo dejo

- Rayos espero todo salga bien

- Lo saldrá, ya veras

Quería llenarse de entusiasmo, en verdad quería estar feliz, pero en su pecho se iba creando un hueco. Iba a dejar casi todo de lado, su trabajo, sus pocos amigos, su vida ahí. Pobre Richard, que haría cuando note que ella no iba, porque no quería decir que se iba, aunque pensándolo bien, era mejor decir que se iba lejos, sería muy extraño también, los padres de Benja sabrían que se fueron juntos, era un hecho.

- ¿Recuerdas que te conté sobre un ángel? – bebió su trago

- Si, fue hace unos meses, me dijiste que habías soñado con un ángel, que ese ángel tocaría tu mano brillante y otras mierdas mas

- Pues – se sirvió más Goose – ya paso

- ¿Qué?

- Ya vi al ángel

- ¿Ya lo viste?

- Si, aunque no toco mi mano, nos vimos, nos vimos – se quedó mirando la pared

- ¿Estás ahí?

- Si – aclaro su garganta – no todos los días ves a un ángel

- ¿Y cómo era? ¿Era como Lassiter?

- No – se burló – era pequeña, de ojos amarillos, piel blanca, olía a flores, como a lirios

- ¿Era? ¿Mujer?