Softies and US [InuOkkoWeek2021]

Overprotective

Toge siempre había soñado con ser un caballero, un caballero de brillante armadura que cuida a su precioso príncipe.

Era su añoro infantil mantenerse jugando por siempre con Yuta en su castillo imaginario.
Prácticamente habían pasado su infancia juntos, lo recuerda desde siempre, estuvo en su vida desde que tenía uso de razón, ojos azules, cabello negro, lo delgado y pequeño que era a su lado al ser un año menor a demás de el como sus padres le hablaban suavemente al ser tan asustadizo.

Eran parte de la vida del otro al ser vecinos; fueron desde siempre ellos dos tomados de la mano jugando por las tardes y prometiendo casarse por que sus padres eran mejores amigos.

Si ellos se casaban todos estarían juntos para siempre.

En esos años infantiles, Toge se había estirado, parecía un niño en primero de primaria cuando aún estaba en preescolar.
Era rollizo y se añadía a su aspecto intimidante su expresión desinteresada, inmutable ante cualquier provocación y reaccionando con un golpe cuando alguien se metía con su precioso Okkotsu quien a diferencia de él era el más pequeño del grupo a demás de el más torpe.

Lo amaba, lo había amado desde siempre por su calidez y bondad, lo seguía amando aun ahora entrando a la universidad y habiendo perdido comunicación por largo tiempo después de que su familia se fuera al extranjero para no regresar en un día de lluvia.

Debido a la melancolía que causa la crisis de los veinte, a veces pensaba en el, imaginando que aún lo recordaba, deseando que algún día se volviesen a ver aunque Inumaki había "cambiado" físicamente.

Ya no parecía un mocoso punk de primaria, ahora tenía el aspecto de un ídol, no había crecido mucho, su figura ahora era delgada y delicada aunado a sus ojos amatista y cabello rubio cobrizo.

Quizá si se llegaban a topar no lo reconocería por el corte de cabello a la moda de las estrellas pop coreanas y al haberse apagado su valentía con el constante bullying sufrido por parecer un "marica".

Su día empezaba no tan temprano, a las diez de la mañana para llegar a su primera clase en la facultad de Mecánica. Se daba una ducha rápida, elegía un poco que ponerse y tras una tostada con jamón, queso y salsa Tabasco empezaba su rutina.

Llegar y tratar de ser invisible, pero usualmente eso no era una meta lograda por su llamativa diferencia.

Empezaban los canturreos desde lejos, a seguirlo y arrinconarlo hasta un area alejada o quitarle la mochila.

Para ellos era una simple mascota a la cual molestar, hasta el primer día en la temporada de lluvias, un tipo del programa de intercambio les dio una paliza.

Era un tipo alto y con gafas de lectura que al escucharlos decir un insulto despectivo salto de inmediato barriendo a los abusones en los charcos que comenzaban a formarse por la reciente llovizna.

Nadie había tenido tal atención hacia el haciendo visible su problema al grado de pelear por el.
Todos habían terminado en la rectoría de la escuela debido a que la violencia era una falta grave y mientras preguntaban a cada uno, no pudo evitar fijarse en el muchacho que le había defendido, estaban sentados frente a frente en la pre-sala de la oficina.

Ojos azules, cabello negro y un gesto de pocos amigos que acompañaba sus ojeras con un cierto estilo de tipo rudo, era muy alto y fornido pese a ser un niño de primero.

No había recibido un solo rasguño pero había provocado un labio roto y una ceja partida y suturada al ir en su rescate, así que estaba en problemas.
Cuando los bravucones salieron de hablar con la rectora el muchacho fue llamado por su nombre.

— "Okkotsu Yuta, pase ahora."
Se levantó del asiento frente a Inumaki con una pequeña sonrisa dedicada a él mientras el chico solo se quedaba atónito y reaccionaba con un salto de la silla para abrazar a quien sería su primer amor.

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