Yoongi

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Viernes 15 de Noviembre de 2019

Primera hora de la mañana

Estaba perdido, había muchas habitaciones en aquel lugar, encontré un cuarto que se me hizo familiar, era la tienda, había una gran variedad de objetos mágicos y malditos, un cubo blanco, si lo usaba se podrían crear tantos edificios como quisiera sin la necesidad de un presupuesto, sin embargo por cada piso que se agregaba al edificio perdería un año de vida, uso exclusivo para la construcción de edificios y rascacielos, es lo que había leído en el papel que se encontraba debajo del precio del objeto, seis llaves. Un baúl lleno de dinero que te quitaría a tu familia, precio: una llave y todo familiar vivo. Una cama totalmente cómoda, pero olvidarás cómo dormir, precio: una llave. Un Jenga de colores del cual desconocía su poder, precio: tres llaves. Vi una manta afelpada que hacía referencia a un tiburón, se supone que si usaba esto me enfrentaría a la peor pesadilla de mi peor enemigo, pero era muy cálida y yo estaba exhausto y con frío, me metí debajo de esta y sentí un calor maravilloso, rápidamente salí de la manta, pues sentí algo pasar a mi lado, levanté la vista, no vi nada, giré la cabeza unos grados más y ahí estaba, justo en la puerta por dónde había entrado anteriormente, un guepardo con la cara rasgada y llena de sangre, me observaba atento y molesto, el animal dio un paso.

Me desperté de aquel raro sueño, aún era de madrugada, sí dejaba de pensar en la espantosa imagen de aquel animal, talvez podría conciliar el sueño, traté de recordar lo que había hecho en el sueño antes de eso para distraerme un poco y volver a quedarme dormido.

Me desperté de aquel raro sueño, aún era de madrugada, sí dejaba de pensar en la espantosa imagen de aquel animal, talvez podría conciliar el sueño, traté de recordar lo que había hecho en el sueño antes de eso para distraerme un poco y volver a q...

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Mañana

Me encontraba por arribar a la universidad, caminaba por la banqueta mientras el aire golpeaba mi cara con suavidad, la brisa era fría y se sentía tranquila. Para mi suerte hoy casi no había niños en la calle, pues salí unos cuántos minutos antes y logré evitar el problema de escuchar a esas lloronas y molestas criaturas.

Después de caminar sólo unos minutos más, llegué a la fachada de la Universidad, entré y fui directamente a mi salón, este estaba prácticamente vacío, la silla estaba congelada, no me sentaría en un lugar tan frío, salí del salón a caminar un poco por el plantel esperando a que llegaran los demás y redujeran el frío del salón con su calor corporal, del cual, odiaba ser parte. Afuera el clima era más gélido, pero se sentía tranquilo; me dejé caer lentamente recargado a la pared del salón y me senté en el frío piso, abracé mis rodillas y me quedé viendo los otros edificios de clases y una parte del gran jardín. Comenzaba a quedarme dormido hasta que unos gritos a lo lejos comenzaron a resonar, era una discusión, decidido me levanté y seguí el ruido que aquellas personas formaban; llegué a la oficina del profesor de química, dentro estaba él y alguien más que no lograba ver de quien se trataba.

—¡No puede estar reclamando algo cómo eso!
—¿¡Pero haz visto la cantidad que desapareció?!
—¡Me importa un carajo cuánto fue! Haya sido un puto centavo o hayan sido 50 millones ¡Esa no es mi jodida culpa!
—Pues debería de serlo, ustedes fueron los que me dieron el dinero y ahora falta una parte, parece que me están queriendo estafar.

🫐ʙʟᴜᴇʙᴇʀʀɪᴇꜱ🫐【✨ᴛᴀᴇɢɪ✨】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora