Taehyung siempre lleva moras y bayas al instituto, las comparte con Yoongi, quien ama el sabor de estas; pero algo en Taehyung no está completamente bien...
Su padre es dueño de una gran empresa de viñedos de distintos tipos de bayas, vendiéndolas y...
Se suponía que yo era la salvación, pero no lo hice, por mi culpa todo el país se iría al carajo. Aviones y helicópteros volaban sobre la ciudad, las casas, escuelas y edificios no podían estar en peores condiciones; el aire pesaba y se sentía muy denso, debía ser por las bombas de gas que habían sido arrojadas a la ciudad. Todas las personas corrían sin intenciones de llegar a ningún lado, alguien que no alcancé a ver, me jalaba de la manga del suéter para que avanzara, no podía hacer nada más que seguirlo y observar lo que no pude detener.
Seguía caminando de regreso a casa cuando de la nada, un caballo cayó de uno de los aviones que volaban sobre la ciudad; su cuerpo se deshizo al instante y todos sus órganos quedaron en el suelo siguiendo un orden. Algo realmente espantoso.
Me obligaron a recoger algunas pertenencias para huir a un refugio, dentro de una camioneta veía el terrible golpe de estado que acababa con la vida de muchas personas inocentes, no podía hacer nada al respecto; me di cuenta poco después de que había olvidado mi celular, ahora estaría aburrido todo el tiempo, me recosté en el hombro del chico que estaba a mi lado, me regresé a mi posición original después de un rato y él se recostó en mi hombro esta vez.
—Me alegra que podremos ser compañeros de habitación, Yoongi, seremos novios y seremos felices para siempre.
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Mañana
Me desperté a lado de Hoseok, él ya estaba despierto, me miró atento y deslizó sus manos sobre mi desnuda cintura, sin apartar la mirada de mis ojos.
—¿Cómo amaneciste, calabacita?
—Bien, supongo.
—¿Por qué supones?
Me dispuse a contarle mi extraño sueño para que pudiera comprender lo que sentía.
—Ya tranquilo chiquito, nada de eso va a pasar, además de que, si el mundo estuviera en peligro, no sería tu culpa y no sería tu responsabilidad arreglar lo que alguien más provocó— acarició mi cabello y dejó un beso en mi frente.
—Eso creo...
—Ven, te voy a hacer unos hot cakes— se levantó y se puso un short y una playera holgada para cubrir su desnudez.
Me levanté de la cama y me puse por encima una bata azul pastel que justamente me había regalado Hoseok, metí mis pies a unas pantuflas y seguí a Hoseok hacia la cocina, así que mientras él preparaba los panqueques, yo buscaba los complementos que ocuparíamos para dar sabor al desayuno; pasé todo a la mesa y luego me quedé a su lado, solo observándolo cocinar, definitivamente, esto es lo que me gustaría tener por el resto de vida; colocó la masa en el sartén y acto seguido me tomó por la cintura y me besó, puse mis manos alrededor de su cuello y poco después nos separamos.
