What Is Love?

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Una sonrisa boba estaba dibujada en el rostro de Taiwanesa cuando entro a su casa después de que Mina la dejara y se devolviera en su auto, algo que acordaron con la condición de que la japonesa pasara por ella la mañana siguiente.

No esperaba que su Unnie estuviera despierta considerando que habían ido a la misma discoteca la noche anterior, pero si algo tenía la peliazul era que del mismo modo que el alcohol hacía efecto en su cuerpo, con la misma rapidez ese efecto desaparecía, por lo que en sus 24 años, la mayor jamas había debido pasar por los efectos de las resacas que tanto su novia como sus amigas y su propia hermana sufrían.

¿Porque Mina se llevó tu auto? — Fue lo primero que le preguntó la mayor al verla entrar en la casa, tenía una taza de cereal a medio comer en su mano por lo que Tzuyu supuso que se había levantado hace poco.

Hola para ti también Unnie, dormí muy bien, si, y no me secuestro nadie, solo me fui con Mina. — Habló con sarcasmo quitándose sus zapatos para después empezar a subir las escaleras directo a su habitación, con la mayor siguiendo sus pasos.

Eso lo se tonta. — Rió Jeong recostándose del marco de su puerta cuando llegaron a la habitación. — Baek parecía fangirl cuando me llamó esta mañana para mandarme la foto de ustedes dos. Contó encogiéndose de hombros.

¿La foto? Mina le había hablado de una ocurrencia de los chicos, pero no imaginó que se tratase de eso, aunque no le molestaba, solo esperaba que su imagen no estuviera navegando por las redes. — Debí imaginarlo. — Murmuró sentándose en su cama.

— ¡Oye! — La voz de la mayor la hizo dar un pequeño salto en su sitio. — Te estoy hablando. —  Se quejó lanzándole una de sus pantuflas de dinosaurio, mientras Tzuyu reía y se disculpaba. — Bueno, bueno, solo cuéntame como te fue. — Una sonrisa picara se dibujo en su rostro y Tzuyu la miró levantando una ceja. — ¿Hicieron algo a parte de dormir?

El rostro de la menor se puso rojo al escucharla y no tardó en quejarse. — ¡Unnie! — Chilló devolviéndole la pantufla que por supuesto esta esquivo burlándose de su estado avergonzado.

— Me refería a algún avance en su relación, mal pensada. —  Aclaró sin dejar de reír. — Por el beso que se dieron me parece que si. — Dijo moviendo sus cejas rápidamente y Tzuyu tomó una de sus almohadas para esconder su sonrojo.

Claro que la mayor había visto el beso, de seguro si el peliblanco hubiera estado cerca también lo habría disfrutado, cuan agradecida estaba con el señor Myoui por llevárselos al club de golf esa mañana.

Bueno, puede decirse que si. — Aceptó entre murmullos después de descubrir su rostro. — ¿Tienes tiempo? — Preguntó mirando a la peliazul interrogante.

Y después de asentir, la mayor camino hasta ella, sentándose a su lado. — Todo el día, Nayeonnie se quedó dormida luego de tomarse el analgésico para la resaca según me dijo Chae, así que no creo despierte pronto. — Contó soltando una risita.

Aunque le hubiera encantado quedarse a consentir a su novia, esta siempre la corría cuando tenía resaca por la vergüenza de que la viera en aquel estado, y aunque a la peliazul le parecía que no tenía razón para hacerlo, siempre le obedecía siempre y cuando sus reencuentros compensaran aquellos días lejos. — Lo que significa que soy toda oídos.

Tzuyu sonrió y cuando sintió el brazo de su Unnie rodear sus hombros para acostarla con ella cuando se echó hacia atrás, soltó una ligera risa. — De acuerdo, esto fue lo que paso.

Adicta al Cielo || MITZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora