Justo cuando faltaban 5 minutos para las 7 la castaña estaba estacionando su auto frente a la residencia Myoui, colgando su mochila en su hombro antes de salir del vehículo.
Apenas tocó el timbre y la madre de la japonesa, quien parecía lista para salir en ese momento, la recibió con una sonrisa. — Oh Tzuyu, que bueno verte de nuevo. — Dijo amablemente. — Ven, entra. — Invitó haciéndose a un lado. — Es una suerte que Yeji se haya dormido hace poco.
— Es un gusto verla también señora Myoui. — Saludó Tzuyu haciendo una reverencia. — Luce muy bien esta noche. — Alagó sonriendo.
Sachiko sonrió complacida al escucharla y acarició su mejilla, le agradaba muchísimo aquella encantadora joven que sus dos hijas no paraban de nombrar, incluso en más de una ocasión pensó que ella y Mina serían una hermosa pareja, pero claro al parecer la única que no lo aceptaba era la misma Mina, al menos no a viva voz, pues sus ojos brillaban cada vez que la castaña estaba cerca.
— Muchas gracias cariño. — Dijo caminando junto a ella hasta la sala. — Akira date prisa, se nos hará tarde. — Llamó desde allí mientras Tzuyu tomaba asiento con tranquilidad en uno de los sillones, la ventaja de que todos la consideraran un miembro más de la familia.
Con respecto a los señores Myoui según le había comentado la ojiazul, esa noche asistirían a un evento organizado por el gobernador, donde todos los fondos recaudados serían destinados a la caridad, mismo al que sus padres fueron invitados, pero decidieron no asistir, a pesar de que la empresa de bienes raíces de su madre era una de las principales patrocinadoras, así como el hospital de su padre.
Pasaron unos minutos cuando finalmente el señor Myoui apareció arreglando su corbata y la saludo. — Hey pequeña Tzuyu, que bueno verte ¿Como esta el viejo Zhou? — Preguntó sonriendo de forma encantadora y Tzuyu estaba segura que se veía del mismo modo que la japonesa cuando sonreía.
— Muy bien señor Myoui, le envía saludos. — Respondió haciendo una reverencia.
— Ese Zhou, dale mi saludos también, así como a tu madre y tus hermanos. — Le dijo Akira tomando sus llaves. — Minari cariño, no la hagas esperar demasiado.
— Papá, esta bien. — Mina apareció bajando las escaleras vistiendo un jean y una camiseta holgada de color blanco, con su cabello castaño claro amarrado en una coleta cayendo por su hombro izquierdo. — Hola Chewy. — Dijo sonriéndole sacándole un suspiro a la pobre Taiwanesa que se sentía frente a un ángel.
— Me alegra mucho que se queden juntas, así me voy un poco más tranquila. — Apareció la japonesa mayor lista para salir con su abrigo y su bolso.
Y aunque a ambas le sorprendió escucharla, solo Tzuyu sonrió mientras que Mina no pudo evitar sonrojarse con aquel comentario. — Mamá. — Dijo ampliando sus párpados. — ¿No se les estaba haciendo tarde ya?
— Esta bien, ya nos vamos, cuidense mis niñas. — Les dio un beso a ambas y le guiñó un ojo a la menor que sonrió divertida al ver como Mina negaba por la actitud de su madre.
— Ni se te ocurra hacer algún comentario Zhou. — Dijo Mina cuando sus progenitores al fin cerraron la puerta tras ellos y empezó a subir las escaleras con la menor siguiendo sus pasos.
— Pero si no iba a decir nada. — Dijo esta caminando tras ella por las escaleras, luchando por no reírse de la expresión avergonzada de la contraria.
Estaba en medio de otro de sus berrinches y Tzuyu lo sabía, además sus pisotones lo demostraban.
Las horas que pasaron terminando las tareas de la japonesa, Tzuyu podía sentir como esta la miraba intensamente, y se dijo a si misma que era por la explicación que le estaba dando, para así tener la fuerza de controlarse y no acercarse a besarla como realmente deseaba.
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Adicta al Cielo || MITZU
RomanceTzuyu es adicta a la voz de Mina, a la sonrisa aniñada de Mina, a los lunares en el rostro de Mina, al cielo en el azul de sus ojos. Tzuyu es adicta a Mina. Y aunque Mina no lo acepte, aunque intente convencerse de que quiere a su novio, ella misma...