- Gusto en conocerte - Parte 1

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Eran las 8:00 am del 24 de mayo del año 2020, en donde despiertas gracias a tu alarma, te sientas en el borde de tu cama y solo observas a tu alrededor, pues tu departamento es hermoso, y a la vez sencillo, junto a tu cama tienes una mesita de noche en donde hay una lamparita, frente a tu cama esta tu closet con tus respectivas cosas, frente a tu habitación hay un sofá que da a la calle de el cual se puede apreciar un starbucks y tu panadería favorita, bajando las escaleras una pequeña mesa redonda de cristal con 4 bancos y junto a ello tu sala de un color gris con pequeños y cuadrados cojines, frente a ella la pared donde tienes tu televisor y a un lado la barra, la cosina y tu bellísimo baño con bañera; piensas en lo afortunada que eres y la buena vida que llevas, sin embargo ese recuerdo de tu ex novio regreso, lo cual generó un dolor en el pecho y ganas infinitas de llorar, pero intentas alejar esos pensamientos, pues tienes que trabajar.

Te levantas de mala gana, haciendo un gesto con tu nariz, bajas las escaleras e inmediatamente te diriges al baño, humedeces un poco tu cara, te miras al espejo y sólo puedes observar tus grandes ojos color miel, en esa cara pálida y tu largo cabello, enredado y desordenado, te metes a la ducha y solo logras pensar en que nunca serás lo suficiente para alguien, por mejor vida que lleves y tengas un trabajo exitoso, pues eras cirujana en el Vancouver general hospital, tenías distintos artículos publicados, un departamento y familia maravillosa, pero tu corazón estaba vacío, sabías que fuera de ese hospital no eras nadie ni nada.

Saliste de la ducha tomando una toalla gris asegurándola en tu pecho, te diriges a tu habitación para vestirte y por alguna extraña razón decides arreglarte un poco más de lo habitual quizás en el fondo e inconsciente mente sabías que algo pasaría, tomaste una blusa blanca de manga larga en cuello V, unos pantalones ajustados en color azul claro, tus converse blancos (tus favoritos) y una chaqueta de cuero en color café claro, decidiste arreglar tu cabello un poco dejándolo lacio y suelto, finalmente te maquillaste de una forma sencilla, tomaste tu maletín de cuero color café obscuro y saliste de tu casa con lo necesario para trabajar, llaves, teléfono, reloj, laptop, listo.

Como todos los días fuiste a la cafetería frente a tu edificio y ordenaste un caramel latte mediano junto con un banana bread para desayunar. Llegaste frente a la estación del tren en el corazón de Vancouver esperando a que el semáforo peatonal cambiará, revisaste tu reloj y asentaste tu cabeza sabiendo que todo estaba en orden, no llegarías tarde ¡Aleluya!. Mientras esperabas diste un sorbo a tu bebida, guardaste tu panecillo y escuchaste un alboroto detrás de ti, pues un hombre en bicicleta arrolló a otro, el cual se levantó de inmediato con signos de dolor en su cara y moviendo su brazo de una forma continua, el patán de la bicicleta solo huyó. Como tenías tiempo decidiste preguntar a este hombre bastante alto, muy bien parecido, de brazos anchos, gorra y vestidura negra si estaba bien, te diriges a él

Hola, soy la Dra. T/N ¿Te encuentras bien?, puedo ayudarte. - Él te miró con unos bellos ojos azules y al mismo tiempo moviendo su brazo.

Si estoy bien, estos imbéciles deberían usar la ciclo vía - dice mientras sigue dolorido - creo que solo necesito un poco de descanso en el brazo y estaré bien - comenta en voz baja

Deberías acompañarme al hospital - agregas- podríamos revisarte más a fondo e identificar algo que no podamos ver - mencionaste mientras sigues viendo sus lindos ojos azules

Estaré bien, te agradezco - Menciona caminando a el cruce peatonal, sin dejar de mirarte

De acuerdo, si necesitas ayuda o el dolor empeora puedes encontrarme en el Vancouver general hospital, solo pregunta por la Dra. T/N - agregas, tratando de ser amable con este lindo, atractivo y alto extraño.

Así será, gusto en conocerte. - El semáforo peatonal cambia a verde y se va entre un mar de personas.

Revisas tu reloj e inmediatamente te das cuenta que es muy tarde y solo gritas - ¡SHIT! la cirugía - corres hasta la estación de tren y en 10 minutos estás entrando al hospital, en tu rápido caminar saludas a unos cuantos médicos amigos tuyos así como enfermeras. Vas a los casilleros de médicos titulares e inmediatamente te amarras el cabello en un moño, guardas tu chaqueta y te cambias de ropa por un traje quirúrgico, tomas tu gorro quirúrgico y conforme avanzas al quirófano lo atas a tu cabeza. Te lavas rápidamente para entrar a la cirugía y tu paciente está listo sobre la mesa, llegas y Elizabeth tu mejor amiga anestesióloga se nota algo impaciente.

Hasta que llegas - menciona Elizabeth - se supone que hoy tenemos la agenda bastante llena y de verdad te atreves a llegar tarde - menciona en tono molesto y con bastante razón.

Relájate, solo ayude a un extraño en la calle - agregaste, recordando sus bellos ojos azules mirándote fijamente

Desde cuándo eres tan caritativa ¿Era guapo? - Menciona Elizabeth entre sonrisas

Solo tenía tiempo y fui amable - Dices sonrojada - Bueno a trabajar, es un bello día para apendicetomías - mencionas tratando de librarte de las preguntas de tu amiga y al parecer leyó tu mente

Ni creas que te has librado de mí, debo saberlo todo - la miraste y dijiste a la enfermera - bisturí 10.

Iniciaste y solo podías concentrarte en tu trabajo, platicando de algunas otras cosas y principalmente de su famoso esposo pues Elizabeth era esposa de uno de los mejores neurocirujanos del país.

El día y horas pasaron, una cirugía tras otra, terminando tu salida del área de quirófanos a las 5 pm, afortunadamente todo salió bien y solo faltaba darle la buena noticia a la familia de tu último paciente.

Mientras te apoyabas en el residente firmando unos últimos papeles, moviste tu cuello y la vestimenta de una persona entrando a la sala de espera llamó tu atención pues era bastante familiar, firmaste la última hoja y frunciste el ceño tratando de enfocar, te dirigiste rápidamente a esta persona la cual ya se encontraba con alguien del personal cuando escuchaste tu nombre y que la enferma solo dijo - Si, detrás de usted -

Finally | Sebastián Stan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora