- "Es demasiado peligroso, Sakura."
Sakura podía ver el terror subyacente en la cara de la mujer ante ella aunque tratara de actuar con fortaleza. Los ojos oscuros de su amiga estaban llenos de preocupación. Sakura observó mientras ella levantó un dedo para remeter de nuevo un mechón de pelo rojo enredado apartándolo de su rostro. Un rápido apretón a la mano de su amiga era todo el alivio que Sakura podía ofrecer. Ambas mujeres sabían que no importaba que fuera una misión peligrosa para Sakura, no tenía otra opción. Los demás en la cueva estaban cerca de la inanición. Sakura era la más fuerte, incluso con su lamentable aspecto.
- "Va a estar bien, Karin" -la tranquilizó Sakura.
Lanzó una rápida mirada a su alrededor para comprobar los perímetros de su visión como era su costumbre. Los peligros siempre acechaban en las sombras cuando menos lo esperabas.
- "Voy a estar dentro y fuera del campamento de hombres antes de que sepan lo que les golpeó."
- "Si te pillan..."
- "No lo harán." -Se apresuró a decir ella.
Reprimió un escalofrío de miedo. Ambas mujeres sabían lo que pasaría si Sakura era capturada. La muerte sería una alternativa agradable. Sakura miró hacia el cielo. Era una noche rara para coger un vislumbre de no sólo una estrella, sino dos. Los meteoritos quemaron gran parte de la Tierra, la atmósfera estaba nublada con un humo constante, de bruma contaminada.
Con el estallido de tantos volcanes, a veces las cenizas caían como nieve para hacerlos aún más miserables. Las finas capas de polvo se levantaban con cada paso dado. Sakura lo comparaba con una marcha mortal cada vez que salía de su cueva. La lluvia helada, a veces caía como pintura gris. El agua se mezclaba con las cenizas en el suelo para forman charcos de suciedad.
Sin la capacidad del Sol para brillar a través de la turbia niebla, el frío aumentaba más cada día que pasaba. La Tierra estaba allí... y, sin embargo, no. Igual que un ataúd abierto que mostraba la muerte.
En realidad, nadie tenía mucho tiempo, Sakura aún menos. El año anterior a la caída del mundo, además, se le diagnosticó cáncer de mama. Había sido un golpe devastador a los veinticuatro años. La madre de Sakura había muerto de la misma enfermedad diez años antes. Su madre lo había descubierto demasiado tarde. Con tratamiento, Sakura habría tenido una buena oportunidad... pero no lo suficiente para que ella fuera a Ulsy. Sólo a los sanos, ricos y jóvenes se les daba la salvación en el nuevo planeta. Sakura era considera una causa perdida. Sólo un puñado de médicos permanecieron en la Tierra durante un corto período de tiempo.
Tan rápido como fue posible todas las mujeres en edad fértil habían sido aprobadas y enviadas a Ulsy. Los que no pasaron todas las pruebas fueron rechazados sin ningún tipo de tratamiento. Sorprendentemente, Sakura estaba todavía vivita y coleando. Supuso que se debía a las seis mujeres y a los tres niños de su cueva que dependían de ella durante aquellos últimos meses.
La mayor sorpresa fue el número de hombres que se quedaron atrás para morir. Incluso los sanos y fuertes. A Sakura casi le parecía que los de Ulsy solo estaban cosechando mujeres para el nuevo planeta. Sabía que era un pensamiento extraño, pero al final las lanzaderas aparecían sólo para transportar mujeres. La Tierra había quedado con un grupo muy furioso de hombres. Los hombres parecían tan volátiles y explosivos como los meteoritos.
- "Es de noche ya "-dijo Karin.
Ella también miró hacia las estrellas. Su expresión era triste.
- "Muy pronto no habrá ninguna luz del día, se habrá ido del todo. Vamos a estar en la oscuridad perpetua."
- "Lo sé" -dijo Sakura en voz baja, no tenía sentido negar lo obvio de su situación sombría - "Mejor me voy."
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LA ARMADURA DE SAKURA
FanfictionARGUMENTO La Tierra es una pila ardiente de escombros. Sakura, una mujer abandonada sola a su suerte en el volátil planeta, pretende alimentar a un grupo lamentable de mujeres y niños, inadaptados a los que dejaron perecer debido a diversas tortuosa...