Sirena

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Entonces la vi por primera vez.

Era la combinación de las poesías más bonitas jamás escritas.

Una obra de arte hecha para mirar y halagar.

Porque las pinceladas que delineaban su rostro fueron hechas para seducir a los ojos curiosos que posaba su mirada en ella.

.

Sus palabras siempre salían como hermosas melodías que endulzaban los oídos de los más desdichados.

Siendo adorada por mayorías y envidiada por minorías.

En ese momento era una sirena.

Una sirena que cantaba y encantaba.

Una sirena con una voz que parecía estar en armonía con la naturaleza.

Y con una cara que parecía haber sido tallada con cuidado y delicadeza.

.

Y es que sonreía y el mundo brillaba.

Me miraba y mi corazón paraba.

Me hablaba y mis odios endulzaba.

Me odiaba y todo en mi lloraba.

.

Porque aquella sirena no sólo cantaba dulces melodías.

Aquella sirena también soltaba dolorosas palabras cargadas de veneno.

Uno que no me mataba, pero si me lastimaba.

Y al que nunca dejaba.

.

Porque al final sus mares se volvieron una droga.

Una a la que era adicto.

Una que me calmaba al momento.

Pero que después de tomarla me dañaba.

.

Y es que era un pirata ingenuo.

Uno que nadaba por sus aguas esperando mirar adentro de su corazón.

Y es que era un pirata joven e inexperto.

Que no creía que pudiera haber maldad en un rostro que parecía haber sido

creado por todo lo bueno del mundo.

.

Y es que ella sabía que tenía el poder.

Cuando se movía como si quisiera que el mundo la mirara.

Cuando hablaba como si quisiera que el mundo la escuchara.

Cuando se me acercaba y me lastimaba.

Pero nunca dejaba que me marchara.

.

Daba todo por esa sirena, esa sirena que decidió botarme.

En un mar peligroso.

Esa sirena que siguió adelante como si no me hubiera ahogado.

En un mar profundo.

Lo que ella fueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora