° Nadie incluyéndolo a el sabe que le paso con su cuerpo, se notaba y se sentía diferente, hasta que se miro en el espejo, pero de la nada aparece un joven que llevaba un bolsa en la cabeza el cual parecía alto pero si estuviera en su forma humana e...
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"¡Hey! ¡Déjenlo! Tengo un cucharon y no tengo miedo de usarlo" "Emm muchas gracias" "No hay de que pero ¿Te encuentras bien?"
"No puede ser, tienes toda la rodilla raspada" "No te preocupes, esta bien" "Nada de eso, déjame ayudarte tengo alcohol y vendas"
"Ven vámonos de aquí antes que vuelvan, ellos andan en manada" "¿Como sabes eso?" "No es la primera vez que me enfrento ellos"
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Sus ojos comenzaron abrirse lentamente, tenia sueños bastante extraños pero eso siempre los tuvo, estaba muy cansado al punto de dormirse otra vez pero siente como lo dan golpecitos en la cara.
- Mmmm 5 minutos más que no es hora de levantarse - dice entre sueños Mono pero no cesaron aquellos golpecitos - Deje de molestar que- - se había olvidado completamente que no estaba en el bosque sino en un... bueno tampoco lo se.
Se levanto de donde estaba acostado para ver a sus alrededores, se sentía como estar en un cuento de hadas donde despierta y esta rodeado de 7 (siete) duendes que en este caso son gnomos contando a su amiguito.
- ¿Cuánto llevo tiempo estaba durmiendo? - pregunto Mono mirando a las pequeñas criaturas, 3 (tres) dieron un paso al frente dando entender que estuvo durmiendo tres horas - Bueno - se levanta del suelo - Sera mejor que me vaya que tengo que ir a Ciudad Pálida - responde para luego sacudir el polvo de su vestimenta porque será hora que se largue y dejar a esas pequeñas criaturas.
Pero irse no era opción para las 7 gnomos, después de tantos años por fin ver a alguien nuevo era una bendición, Mono se iba a la dirección contraria pero Lucían le señalo otra parte asumiendo que ahí era la "salida". El chico de la bolsa se la creyó sin saber que más y más se adentraba a las fauces con una mini posibilidad de salir, solo podrá si tiene suerte ya que una chica de impermeable amarillo logro salir.
Aquellos gnomos lo guiaban hasta algunos le tomaba la mano Lucían y otro mientras que los demás, uno que otros saltaban por la felicidad de conocer a alguien.
Hubo una vez un chico de cabellera entre negra y azul que usaba chaqueta azul grisáceo con unos pantalones negros pero lo que lo destacaba era la cadena que tenia en el pie, el era muy amable con los gnomos siempre le daba abrazo a todo lo que se movía especialmente siempre solía estar acompañado con unos de los de sombrero puntiagudo. Ahora aquel chico esta en el olvido, algunos gnomos dicen que escapo de las Fauces no se sabe como pero lo hizo otros cuentan que el conserje lo envolvió y jamás escapo.
- No creo que este sea la salida - dijo deteniéndose entonteces el gnomo que iba saltando se detuvo para luego perder el equilibrio y golpearse la cara contra el suelo - No puede ser amiguito - Mono fue donde el gnomo para alzarlo y acunarlo como si de un bebe se tratara - ¿Te hiciste daño? - pregunto preocupado pero gnomo negó mientras más se acomodaba en el pecho del chico - Bien - suspiro de alivio e intento bajarlo pero la criatura blanca se aferro como chicle a la zapatilla - Bah no importa puedo vivir con un gnomo aferrado a mi pecho - los gnomos restantes se miraron entre si para luego empujar a Mono para que siguiera caminando olvidando el hecho que no estaba yendo a la salida.
