04. Para mí fue un placer.

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ROXY


-¿Por qué? Somos adultos. Y no va a pasar nada que tu no quieras- dice esto último de manera pausada y acercándose a mí. Puedo ver sus ojos dilatados. Mis nervios aumentan más de lo que ya estaban.


–Y-yo dormiré en el mueble- digo tartamudeando.


-No- dice aclarándose la garganta y separándose de mí –mi cama es lo suficientemente grande y cómoda, no tienes por qué dormir en un mueble. Tranquila yo respeto, no voy a intentar nada.


Lo miro un poco dudosa. La verdad es que no quiero despertar con dolor de espalda ni de cuello. ¡Ya lo tengo!. Pondré almohadas entre los dos y listo.


-ok- digo resignada y veo su cara de satisfacción.


-puedes bañarte si quieres. Te puedo prestar algo de ropa- la verdad es que no creo que pueda dormir con este vestido tan corto, quizás él me preste alguna ropa que me quede grande y me tape completa.


-si, por favor- digo apenada –disculpa tanta molestia- nada de esto no estuviera pasando si Rudy no se fuera ido con Richard.


-no, no es molestia. Es más, me encanta de qué estes aquí- bajo la mirada, porque creo que ya debo de tener la cara como un tomate –¿sabes? Eres la primera chica que traigo aquí- no le creo. En serio, no le creo. Es imposible, vive rodeado de chicas.


-emm, gracias. Pero, no es necesario que mientas- me sorprendo de mis palabras y él me mira serio. Él se aclara la garganta y desvía la mirada hacia otro lado.


-puedes bañarte en el baño de mi habitación- dice mientras sube las escaleras y me hace señas para que le siga –ahí esta las toallas y lo que necesites- creo que se molestó con lo que dije – puedes entrar con confianza- dice señalando la puerta del baño cuando ya estaños en la recamara.


Yo me adentro en este y me miro en el espejo. ¡Dios parezco una loca!. Tengo el maquillaje todo regado, el cabello no lo tengo tan mal, porque lo tengo ondulado y no me afecta mucho.


Me recojo el cabello en una coleta alta. Saco una toallita húmeda de mi bolso y procedo a desmaquillarme. Me quito el vestido, abro la ducha y me adentro en está sintiendo el agua recorrer por todo mi cuerpo.


Unos minutos después me envuelvo en una toalla y me debato entre salir o quedarme aquí hasta que amanezca. La segunda opción no me favorece ya que es una muy mala idea, así que con mucha vergüenza salgo del baño.


Lo veo a él sentado en la orilla d la cama y a su lado visualizo una franela blanca y unos pantalones de dormir.


Él levanta la mirada y me mira, se queda así por un momento hasta que se percata de que me está mirando mucho y se aclara la garganta.


-ten, te sentirás más cómoda con esto- me entrega la ropa –yo me voy a bañar. Cámbiate con confianza, cerraré la puerta- diciendo esto último se adentra en el baño con algo de ropa en sus manos.

Mas allá de nuestras vidas ( Primera Parte )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora