Hasta que la muerte nos separe

Bajo la Lluvia

Continuación del capítulo pasado

Ethan y yo nos quedamos inmóviles, en silencio, mientras la electricidad en el aire se intensificaba con cada trueno distante.

 Su presencia cercana y su mirada penetrante me mantenían nerviosa, sin poder apartar mis ojos de los suyos. El aroma a tabaco y la suavidad de su perfume se mezclaban con el olor a tierra húmeda por la inminente lluvia.

Mis latidos resonaban fuertemente en mis oídos, mientras nos quedábamos así, en un trance mutuo que parecía durar una eternidad. A pesar de no intercambiar palabras, las miradas entre nosotros parecían transmitir más emociones y pensamientos de los que podríamos expresar.

En el fondo, los truenos continuaban resonando en el cielo gris, como si la naturaleza misma estuviera respondiendo a la tensión palpable entre nosotros. Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer lentamente, rompiendo el hechizo momentáneo. Ethan guardó apresuradamente su libreta y extendió su mano hacia mí, con una sonrisa tímida.

—Corramos, señorita —dijo, su voz suave y llena de ternura.

Tomé su mano sin dudarlo y juntos comenzamos a correr bajo la lluvia. 

El camino parecía extenderse eternamente y ser tan corto al mismo tiempo, mientras jugábamos y reíamos juntos. En ese momento, nuestras diferencias y los malentendidos del pasado parecían desvanecerse.

Llegamos a mi casa empapados por la lluvia, donde Jacob nos recibió con una sonrisa.

—Vaya, ¿qué han estado haciendo? Pensé que solamente irías tú sola. Veo que te has divertido, Vero —dijo con una mezcla de curiosidad y complicidad en su voz.

Emily apareció con una taza de café caliente en la mano y se dirigió a Ethan con amabilidad.

—Ethan, ¿quieres tomar un café para calentarte un poco? —le ofreció Emily con una sonrisa.

Ethan pareció considerarlo por un momento, pero luego sacudió la cabeza con una leve sonrisa.

—Muchísimas gracias,  señora Emily, pero debo volver a casa —respondió con cortesía.

Emily asintió comprensiva, y Ethan se despidió de todos. Antes de salir, se volvió hacia mí con una mirada significativa y me dijo:

—Descansa, Vivi. Te quiero.

Esas palabras, dichas por alguien que parecía ser tan distante y frío por fuera, me dejaron paralizada. Sentí que algo había cambiado entre nosotros en ese breve e intenso momento bajo la lluvia.

"Yo también te quiero, Ethan..." pensé mientras observaba cómo se alejaba.