𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝐼𝑋

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Las maletas ya estaban listas el se iría lo más rápido posible de aquí y no era broma ya que salía el mismo día después del confinamiento con Joaquín solo que era en la noche.

Ya le había explicado a su padre y a sus madres que ese cachorro le pertenecía al desquiciado del Albino también narrandoles todo lo que este le había echo y sin dudarlo un segundo apoyaron la idea de sacarlo del país. No podían dejar a su pequeño Khun con ese maniático, ninguno de los tres adultos sería capaz.

Antes de salir de aquella casa junto con su madre se fue un momento a la cocina para hablar un momento con bam, esto rompía su frágil corazón. El dejar a la familia que lo había apoyado desde siempre sin duda era uno de los peores acontecimientos que le habían pasado en su corta vida. Este le miraba con una sonrisa sincera aunque sabia que estaba igual de dolido que el.

- Esto no es un adiós ¿sí?, solo es un hasta pronto. Puedes visitarme cuando gustes - comento Agüero.

- no lo haré, no voy a exponerte. El podría seguirme - un silencio un poco incómodo se sintió en el ambiente - aún así te escribiré todos los días sin falta -

- De ti no lo dudo, todavía recuerdo cuando fui a ese campamento de física. No dure ni un año porqué a alguien no le gustaba estar muy lejos de mi y lloraba como cocodrilo todas las noches - después de decir esto soltó una gran carcajada.

- si lo recuerdo. Tuvieron que ir por ti y solo para cumplir mi capricho - sonrieron con melancolía ante ese recuerdo y muchos más que se pasaban por la mente de ambos. Jamás pensaron que el momento de separarse llegaría y ¡Tan pronto!

- ¡Khun mi amor es hora de irnos! - fue el grito de Esther desde la sala.

- parece que es hora del hasta pronto - dijo con desgano el castaño - ¿un abrazo embarazoso y ridículo de hermanos? - pregunto mientras abría sus brazos.

- Ja, pensé que ya habíamos dejado de hacer eso, es muy infantil... - khun lo negó pero no pudo resistirse mucho, dio un pesado suspiro y se lanzó a los brazos de bam - un abrazo embarazoso y ridículo de hermanos era lo que necesitaba - con sus brazos se apretaban mutuamente como si no quisieran soltarse jamás, lastima que nada dura para siempre. Aguero se separó un poco y dio un pequeño beso en la mejilla del castaño al cual sonrió devolviendo uno igual.

- adiós khunnie - dijo el alfa señalando el apodo que usaba cuando eran niños.

- adiós bambi - respondió Khun.

Luego el joven embarazado salió de la cocina y lo ultimo que se escuchó fue la puerta de la entrada cerrarse.

El mundo de bam se había desplomado. La oscuridad en la que cayó fue tan fuerte y rápido que le hizo darse cuenta lo mucho que el necesitaba de Agüero para vivir. Jamás se imaginó estar sin el y mucho menos tener que verlo huir como perro asustado, así no era Khun pero también sabía que los omegas tenían un instinto de protección hacia sus cachorros tan fuerte que los hacía actuar muy contrarios a su personalidad común si fuera necesario.

El cuerpo del mayor cayó sobre el frio suelo de la cocina y sus ojos ámbar perdieron ese hermoso brillo que los caracterizaba, se apagaron, ya no tenían esa luz que cada día hacía sonreír a Agnis. Ya no podría bromear con su hermano, no podría acompañarlo a donde necesitara, no comerían helado como solían hacerlo y tampoco disfrutarían de una buena tarde de películas sin nada que hacer. Eran sólo ellos y el mundo pero ahora..., ahora era solo él.

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Khun y su madre se encontraban ya en el avión, después de unos cinco minutos de estar sentados en la sala de espera por fin salían del país rumbo a México para tomar vía a España.

𝑆𝑎𝑜𝑟𝑖 [𝑲𝒉𝒖𝒏 𝑨. 𝑨.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora