Oka-san

Capítulo 7: Familia Rota

–Soy HinataHyuga… Uzumaki, un placer. – se presentó con educación y elegancia, pero sus ojos desbordaban desdén.

Shion enrojeció del coraje, esa perra la acababa de insultar en su cara, volteo a ver a su amante, pero este solo miraba embobado a la peli-azul, al darse cuenta que no tenía planeado defenderla, entonces tenía que poner en su lugar a esa don nadie.

–¡¿ES ASI COMO LA ESPOSA DEL HOKAGE TRATA A LAS VISITAS DIPLOMATICA?! –grito cual desquiciada– ¡No es de extrañar que todos en esta aldea la odien! ¡Además entraste sin permiso, ¿que no sabes tocar?! ¡¿No ves que el Hokage y yo estamos en una reunión importante?! ¡Sal y no nos interrumpas! –después de gritar esa sarta de estupideces le dio la espalda y se acercó al rubio que temblaba del coraje para abrazarlo por lo hombros y besarlo frente a esa estúpida para demostrarle su lugar.

Aunque la puerta es anti ruido no hacia milagros, los berridos de la promiscua sacerdotisa resonaron por casi todo el edificio, haciendo que todos los trabajadores supieran de la situación.

–Shion…– el Uzumaki dijo en voz baja lleno de coraje, como podía decirle todo eso a su esposa perteneciente a tan respetado clan.

–Hokage si no puede controlar a esta mujer como será capaz de manejar la aldea. – la azulina dijo tranquila tomando asiento en uno de los sillones que había en el despacho ignorando olímpicamente las tonterías de la peli-teñida. –Me decepciona Hokage-sama. –dijo cruzando las piernas con elegancia.
Algo en el interior del contenedor del Kyubi hizo clic al escuchar sus palabras, como si encendieran un interruptor tomo a una velocidad sorpréndete las ropas de la sacerdotisa demoniaca y tomándola del brazo la arrastro hasta la puerta de forma brusca, la saco de la habitación todavía desnuda y le aventó a la cara sus trapos, seguido de cerrarle fuertemente la puerta en la cara.

La de ojos violetas estaba en trance mientras todo eso ocurría, simplemente al no poder creer que su amante sin ningún tacto prácticamente la hecho del lugar. Volvió a sus sentidos cuando antes de cerrar la puerta visualizo a la de pelo azul dándole una sonrisa burlona pero a la vez elegante y movía la mano en forma de despedida.

La furia se abrió paso burbujeantemente por todo su ser.

– ¡NARUTO QUE DIABLOS TE PASA, DEJAME ENTRAR! – con enojo e indignación aporreaba la puerta sin obtener respuesta alguna, provocando que los empleados de ese piso llegaran a ver el espectáculo que estaba armando desnuda frente a la puerta.

Cuando por fin se dio cuenta que estaba rodeada y sus condiciones Shion se calmó y vio a todos despectivamente y con frialdad.

–¡Que es lo que miran, vuelvan a trabajar bola de estúpidos! – con la poca dignidad que le quedaba tomo su ropa en el suelo y trato de cubriste al abrirse paso en la multitud para salir de ese lugar, recibiendo burlas y cuchicheos de parte de todos.

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–Hinata yo… – trato de buscar una excusa para salir bien librado de todo ese problema pero se vio interrumpido por la ex-Hyuga.

–No tiene que darme explicación sobre tu vida o acciones. – dijo tranquila, como si no le importara, esperanzando al rubio de que podía ser perdonado. Pero esas ilusiones de hicieron añicos cuando escucho lo siguiente. – Así como yo que tampoco te daré explicaciones sobre lo que haga con mi vida.

–¿De qué hablas Hinata? – se puso serio. No podía separase de ella, su puesto se vería afectado.  

–Apartar de ahora soy independiente de ti, me activare como ninja y me iré a vivir a un departamento. – dijo al ponerse de pie poniendo unos documentos en su escritorio por parte del clan Hyuga para demandar su reactivación como ninja de Konoha y del clan.