—¿Necesitas ayuda? —levanté mis ojos para ver al hijo de los vecinos que viven enfrente mío—Tienes muchas cajas. Y supongo que querrás llevarlo a la ONG que está por aquí.
La verdad es que si necesitaba ayuda. Son muchas cajas. Y con dos manos no será suficiente.
—No quiero molestarte...
—Tranquila no tengo nada que hacer —me dedico una sonrisa de boca cerrada y se acercó hacia mi— Lo siento por lo de tus padres. Eran muy buenas personas.
—Gracias —le contesté con amabilidad.
—Quería venir antes para preguntar si necesitabas algo —se aclaró la garganta con timidez —Pero no quería hacerte sentir incomoda o algo. Porque antes nunca hemos hablado y no me conoces bien para confiar en mi.
En eso tenía razón. Muchas veces lo veía salir de su casa para ir a hacer deporte o para ir al instituto. El no estudiaba en el mismo que yo. Además me parecía un chico muy cerrado. Con su ropa negra y su cabello negro que le cubre toda la frente. Por eso nunca hemos entablado alguna conversación. Me daba vergüenza. No se me daba bien crear amistades.
—No te preocupes —dije finalmente— Y no me habría sentido incómoda—respondí ante su última frase— Solo que no soy muy extrovertida. Me cuesta ser muy abierta con la gente.
—Te entiendo —me sonrió por segunda vez y acomodó una caja encima de la otra para cogerlas— ¿Vamos?
Asentí con la cabeza y cogí también la última caja que quedaba. Eran tres en total. Por suerte no habían más.
De camino a la asociación para las personas necesitadas. Mi vecino se giró hacia mi para decirme algo:
—Por cierto me llamó Emir, y ¿tú?
—Cyra.
—Nunca había escuchado ese nombre.
—Ni yo el tuyo—empecé a reírme.
—En eso tienes razón— el también empezó a reírse— Mi madre es de Turquía y mi padre de aquí. Entonces al nacer me pusieron un nombre turco. Por eso mismo no es muy común en Estados Unidos.
—Vaya —me sorprendí por lo que me dijo—Entonces, ¿también sabes hablar turco?
Se quitó el pelo de la frente con la mano que tenía libre y me dijo:
—Claro —me dedicó una sonrisa arrogante—¿Quieres que te diga algo en turco?
—No voy a entender nada pero me gustaría escucharlo.
—Güzel gülüyorsun.
<< Tienes una sonrisa muy bonita>>Que idioma más difícil. Dije para mis adentros.
—¿Que dijiste?
—Dije que tienes una sonrisa muy bonita.
Cyra no te sonrojes. No te sonrojes. Por favor. No quiero pasar vergüenza.
—Muchas gracias —intenté no ponerme roja de la vergüenza.
—Es la verdad —me guiñó el ojo.
El resto de camino fui silencioso pero no incomodo. Emir de vez en cuando me miraba. Y eso me ponía un poco nerviosa. Es la primera vez que estoy tan cerca de un chico que no es Nash.
—¡Llegamos! —exclamó Emir con entusiasmo.
—Por fin—dejé las cajas en el suelo con cansancio.
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Vida Infernal © [#1]
Teen FictionCyra Blake y Uriel Atakul; Los dos están rotos... Los dos necesitan a alguien que les saque de su vida infernal... Los dos tienen los sentimientos muertos... Hasta que un día sus deseos se cumplirán. Los dos se conocerán en una situación poco común...