Ticci Toby y Tú

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SINOPSIS.

Me gusta como huyes de mí creyendo que esos pobres pies cortados podrán llevarte por el camino correcto.

Adoro escuchar como gritas del miedo con solo escuchar los crujidos de mi cuello mientras me voy acercando lentamente a ti como un lobo hambriento.

¿A dónde crees que vas?

Nunca podrás escapar de mi.

Eres mía y no me voy a cansar de causarte sufrimiento hasta que esos dos luceros que tienes se apaguen por completo.

Por ahora sigamos divirtiéndonos viendo como mis hachas se clavan en tu carne, como marco toda tu piel como si fuese un mapa, para que no se te llegue a olvidar que a donde sea que vayas YO voy a estar ahí.

Te aliento a volver a correr.

Te aliento a volver a huir.

Te aliento a creer que puedes recuperar tu estúpida vida de vuelta.

Y verás que pasa cuando te encuentre.

Ya estás advertida.




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—     ¡Ayuda! ¡Socorro! —

Corrías con la desesperación de llegar a la puerta esperando que alguien pudiera escuchar tus gritos, porque un loco te venía pisando los talones en esta horrible maratón de la vida y la muerte.

Y no era cualquier loco.

Era el famoso y temido Ticci Toby.

Abriste la puerta de un azote y se la cerraste en la cara al demente, quién también la volvió a abrir de golpe, mientras los rayos y la llovía caían de forma estrepitosa sobre tu casa.

Bajas las escaleras con el corazón en la garganta, suplicando que ese loco no te alcanzara o aún peor, te tirara por la escalera.

Una de sus hachas pasa volando por encima de tu hombro y se clava en la puerta principal.

—     ¿A dónde mierda crees que vas? — dijo con esa voz rasposa.

Corriste a la cocina, porque también había una puerta trasera ahí y podías escapar por tu patio y con algo de suerte tus vecinos escucharían tus gritos.

Ahora odias el motivo de porque se te ocurrió arrendar una casa tan barata cerca del bosque (por motivos recreativos, según los dueños) y tan alejada de tus vecinos.

Toby había sido muy paciente contigo, pero supiste que ya estabas alcanzando su límite cuando su cuello empezó a azotarse contra su hombro.

No creíste volver a entrar a esta casa de las pesadillas, no por tu propia cuenta después de todo lo que te había pasado, pero aquí estabas, tratando que una mesa fuera obstáculo suficiente para él.

Ambos se quedaron mirando desde cada extremo, esperando a que uno de los dos decidiera ir a por el otro o huir.

Fueron segundos angustiantes.

Le tiraste el plato que estaba sobre la mesa y corriste a la puerta, pero Toby fue más rápido y ya había llegado a bloquearte el paso a la puerta.

Frenaste con brusquedad y volviste a correr a la puerta principal.

One-shots Creepypastas Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora