One-shots Creepypastas Y Tú

celos 3

Brian/Hoodie

Ya que muchas lo pidieron aquí esta.
A pero no me hago cargo de lo que lean >:(  porque ustedes fueron las responsables.

Te abrazaste frotando tus palmas rápidamente contra tus hombros en busca de combatir el frío. Escuchas ramitas romperse tras tu espalda y tragas en seco muerta del miedo.

Temes que sea ese maldito oso de nuevo. en estos momentos quieres salir corriendo como loca sin importarte que no puedes ver más allá de tu nariz y que tu pierna esta rota.

Eres víctima del miedo bajo el cielo nocturno, malditos ojos humanos que no pueden ver en la oscuridad.

Escuchas pasos pesados aproximarse y ahora si temes que sea ese oso.

— ¿Ho-Hola? — rezaste a cualquier deidad existente porque te respondiera una persona o apareciera un perro, pero que no fuera ese puto oso — ¿Quién anda ahí? —

Los pasos se detienen y todo se queda muy callado, tanto que te mueres de nervios.

Escuchas pequeñas palmadas contra un objeto y alguien enciende una luz que te deja completamente segada.

— hola ¿estas bien?— era una voz grave de hombre avanzando hacia ti. Casi lloras de la felicidad — ¿Qué le pasó a tu pierna? —

— me la rompí tratando de escapar de un oso. — Miras tu pierna extendida en la tierra, tu rodilla esta muy hinchada, de todos los colores, te dolía solo rozarla.

Ahora te lamentas haber salido de viaje sin tu novio. era la primera vez que hacías esto del senderismo en zonas vírgenes, el grupo con el que fuiste eran muy buenas personas, pero lastimosamente tú no tenías sus conocimientos y fuiste perseguida por un oso cuando te alejaste a orinar luego de abrir una barrita de cereal porque pensaste que el sitio era ideal para comer.

Miras al ángel que decidió darte ayuda.

Era un chico guapo la verdad, su cabello era claro al igual que sus ojos, es bastante alto, aunque se nota un poco de apariencia descuidada, también trae un olor algo desagradable a cuerpo no lavado pero aguantable y su cara junto a su ropa están algo sucias con algo oscuro.

— se ve feo. — se sienta de cuclillas al lado de tu pierna — ¿Puedes moverla? —

— sí, pero me duele mucho. — sonríes nerviosa.

Él se para de golpe y debe darse la vuelta rápidamente y fingir mirar algo entre los árboles para ocultar una erección en sus pantalones.

Es que... Cómo te lo explico. Lleva meses sin ver o escuchar una mujer y mágicamente apareces tú en el bosque, débil, vulnerable a su disposición, ósea no va a violarte, o quizás si lo haga, pero el verte lo puso tan feliz que... Emmm... Quizás se emocionó demás, hasta él esta apenado de eso. Se siente patético.

Sabe que debe aprovecharte rápido o te desperdiciaras en un abrir y cerrar de ojos.

Vuelve a ti.

— permiso — te carga en sus brazos con delicadeza y quedas con la cabeza pegada a su duro pecho. — te llevaré a mi casa para curar esas heridas. —