⇸Capitulo 22⇷

827 119 6
                                    

Caminar, eso era lo único que queria hacer en esos pocos días, solamente caminar por esa enorme y desolada sala.

La lluvia se escuchaba chocar fuertemente en la ventana, aunque el platinado no le prestaba mucha atención.

Su casamiento era al siguiente día, ¿Que es lo que haría? Ya no estaba seguro de la boda.

-Me estas dando mucha curiosidad- Escucho una voz a su espalda

-Alexby- Murmuro viendo como el entraba al lugar con una sonrisa

-Mañana es tu casamiento y a pesar de estar todos estos días emocionado, especialmente el día anterior te veo decaído- Se sentó en uno de los sofas mientras ambos se veian expectantes de los movimientos de ambos

-Es solo que estoy muy nervioso, mañana es el gran día- Sonrió -No te preocupes, amo a Samuel con toda mi alma-

-Bien, no preguntare más- Sonrió al ver como el otro se sonrojaba por sus propias palabras

Tras el largo silencio Rubius preguntó con curiosidad.

-¿Como va todo con Fargan?-

-¿Fargan?- Alexby le vio con una cara incluso más confundida que antes

-¿Eh? Creí que ustedes estaban saliendo- Murmuro mientras se rascaba la nuca

-Fargan y yo somos mejores amigos, no es que le guste, solo somos muy cercanos-

Rubius pensó un momento las palabras del contrario, no quería entrometerse en la vida de ellos pero tampoco quería que nunca se sepa la verdad.

Ellos siempre parecían ser mas que amigos, Fargan siempre hacia bromas y Alexby siempre se avergonzaba, Rubius no quería quedarse con la historia de solo amigos.

Pero tenia muchos problemas en estos y agregarle más probablemente no haría bien, pero igualmente se atrevió a preguntar.

-Alex, ¿Sientes algo por Fargan?- La pregunta tomo por sorpresa al pelinegro, si la sala no estuviera tan oscura de seguro se le vería su cara sonrojada

-Estos no son buenos momentos para hablar de mi- Rio nervioso -Aun tengo algunos asuntos que atender con alguien antes de poder tener una relación con Fargan-

La conversación se acabo con esas últimas palabras seguido de la interrupción de una sirvienta buscando a Rubius para ver las medidas por última vez del vestido de bodas.

[...]

El reloj marcaban las doce de la noche, no podía dormir, tenía ese tipico presentimiento de que algo malo pasaría.

-Ojalá solo esté paranoico-

-¿Paranoico porqué?- Escucho la voz de Vegetta a sus espaldas, seguido de unos pasos fuertes que se dirigían hacia el

-Nada importante- Río mientras abría sus brazos esperando un abrazo

-¿No puedes dormir?- Rubius negó -¿Nervioso?-

-Algo...- Vegetta miro al platinado recostadose en su pecho y sonrió pensando que serían esposos en tan solo unas hora

-Te amo-

Palabras fuertes y dulces, pero que para Rubius en ese momento eran como si le clavasen una daga recordándole todas las veces que le mintió a Vegetta.

-Yo igual te amo, demasiado para ser verdad- Sollozo levemente alertando a Vegetta

-¿Que sucede cariño?- Sujeto su mejilla preocupado

Rubius dudo por un momento, pensaba que sucedería si le decía sobre el plan, o sobre que el no era quien decía que era, aunque lamentablemente por esas mismas dudas no tuvo el coraje para decirle.

-Solo estoy muy feliz- Sonrió muy forzadamente, Vegetta no pregunto más pero pudo sentir algo extraño sobre la actitud del Omega

-Puedes decirme lo que sea ¿Lo sabes?- Rubius asintió

-Pues, tengo muchas ganas de besarte- Río burlón tratando de cambiar de tema

-Pues besame, bobo-


Tell me, ¿what's your real name? ; RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora