27. Cantando.

411 53 113
                                    

Miau.

―¿Me puedes dar la cinta? ―preguntó Marinette sin dejar de ver su creación con una mirada seria, pues se dio cuenta de que no era el resultado que esperaba, pero le había gustado de todos modos.

Chat Noir al escuchar el pedido de la joven observo el escritorio desordenado de la chica. Había cintas, tijeras escolares y de oficina junto con papel con el que envolvió el tubo de cartón que simulaba su microscopio. Marinette seguía estudiando su proyecto y el rubio prosiguió con su búsqueda de la cinta.

Clavo sus ojos gatunos de nuevo en el escritorio y noto que las tijeras rosas de la chica estaban al lado de un espejo. Con rapidez y mucho cuidado de no tirar nada la tomo.

―Ten, princesa ―hablo mientras extendía su mano derecha, y la chica, sin verlo, lo tomo con la misma mano.

Después, la azabache siguió viendo su microscopio rosa. Le agrego un poco de cinta porque el papel con lo que lo forró estaba empezando a zafarse. Chat Noir la veía con curiosidad, estaba sentado sobre la cama de la chica y se mantenía en completo silencio, pues no quería desconcentrarla para nada porque sabia de forma perfecta que eso la molestaría.

Escucho el reloj de Marinette sonar. Fue un sonido desesperante porque ya lo había escuchado en ese día cinco veces. Cerro los ojos y suspiro con cansancio.

«¿Cuánto te falta, Marinette?»

Apretó sus labios tratando de reprimir las ganas de decirle a la chica que deje de hacer ese proyecto, pero luego recordó que era de la maestra Mendeléiev y era para el dia de mañana.

Él ya lo había hecho con completa anticipación, y no era nada nuevo que su novia ignorara los recordatorios que el le dejaba para que no se le olvidaran sus tareas, pero parecía no servir de nada.

Además, que la obsesión con que todo quede perfecto para Marinette no ayudaba mucho.

Decidió acostarse en la cama de la chica, pues se veía que eso iba para largo y no le haría mucho caso hasta que lograra terminar el microscopio.

Se sentía un niño pequeño esperando a que su mamá le de el beso de buenas noches para dormir.

Rio un poco y mantuvo su vista fija en el techo. Se dio cuenta que habían estado en silencio por mucho tiempo, quizás intercambiaban palabras, pero sus platicas no sobrepasaban tres oraciones seguidas.

Mantuvo su vista fija en el techo, y, como si de algo cotidiano se tratara, empezó a silbar la canción de "Hoy es Navidad". Después de un rato de seguir con él ritmo, paro en seco.

«Cantando villancicos en pleno mayo» Repitió en su mente con ironía.

Rio de nuevo mientras volvía a cerrar los ojos con diversión tratando que la chica no lo escuchara, sin embargo, su ligera carcajada si alcanzo a ser escuchada.

La habitación volvió a estar en silencio y el mientras pensaba que más hacer, recordó que hace poco había visto una película donde alguien decía que cantaban canciones navideñas en pleno agosto, también cree que en un festival de rock hicieron algo parecido.

«Si ellos pueden, ¿Por qué el héroe de París no podría?»

Sonrió con su característica fanfarronería y empezó a silbar con el ritmo de la canción mientras tenia la letra de la canción en su mente.

"Navidad, navidad, hoy es navidad

Es un día de alegría y de felicidad (hey)

Navidad, navidad, hoy es navidad

Susurros del Corazón | MLB.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora