CAP 1

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Verónica.

26-Junio, Acabo de terminar mí segundo año de preparatoria en el colegio, tengo dos meses de vacaciones antes de regresar, para mí este será un año importante ya que es el último antes de ir a la universidad, estoy emocionada pero a la vez nerviosa no se que esperar, debo comenzar a pensar en universidades y la carrera que elegiré, me gusta tener el control de las cosas y planear todo ya he pensado en algunas opciones pero me da miedo no estar a la altura de la universidad o no poder con la carrera que escoja, no quiero decepcionar a mis padres soy hija única y quiero que se sientan orgullosos de mí.

-Verónica, ¿Me estás escuchando?- La voz de mí madre me sacó de la historia caótica que me estaba formando antes de tiempo

-Si, por supuesto- mentí, no tenía ni idea de lo que estábamos hablando en ese momento y creo que ella lo noto.

-Bueno entonces espero ya tengas tus maletas listas tú padre llegará por ti en dos horas- Y diciendo esto salió de mi habitación dándome una dulce sonrisa.

Mierda, lo olvidé por completo- pensé

Mis padres se separaron hace algunos años, yo me quede con mí mamá, no terminaron mal seguían siendo amigos o bueno trataban de llevarse bien por mí, para estar con los dos se dividían las fechas si pasaba navidad con uno me tocaba año nuevo con el otro y así era siempre, mi padre no vive en la misma ciudad que nosotras, él vive a seis largas horas de aquí pero aun así trataba de venir cada quince días a verme, unas semanas antes de salir de vacaciones habló conmigo y me pidió que pasara todo el verano con él ya que no nos habíamos visto en mucho tiempo por su trabajo, estaba muy ocupado solo hablábamos por teléfono y siendo honesta ya lo extrañaba entonces accedí, pasaría el verano con él, después de todo ¿Qué podía pasar en estos dos meses?...

Terminé por fin de hacer mí maleta no estaba muy segura de que llevar así que me decidí por llevar de todo, blusas, tops, sudaderas, vestidos, shorts, jeans, tenis, botas, etc., ya estaba casi lista solo faltaba darme un baño para esperar a mi papá.

30 minutos después...

Salí del baño y me dirigí a mí armario para sacar un conjunto bonito, opté por ponerme unos vaqueros rotos de las rodillas, un top blanco y una chaqueta amarilla encima, tomé mis convers blancos favoritos y me los puse, cepille un poco mí cabello no había mucho que pudiera hacerle me llegaba a los hombros y era muy lacio, cuando intentaba atarlo siempre se salían cabellos rebeldes por eso normalmente lo traía suelto, decidí usar algo de maquillaje muy natural, no me gustaba maquillarme mucho, mi mamá siempre me decía que no me hacia falta, solo rizaba mis pestañas ya que las tengo muy largas pero hacía abajo y coloqué rubor en mis mejillas para no verme tán pálida.

-Hija, ya llegó tu padre date prisa- Los gritos de mí mama desde la planta de abajo se escuchaban por todos lados, estaba segura que mis vecinos también los habían escuchado, tomé mis dos maletas eran realmente pesadas y baje las escaleras tan rápido como pude.

-Estoy lista- avisé sonriendo.

-Mi niña ¿Estás segura que quieres pasar los dos meses con tú padre?, podría hablar con él y convencerlo de que solo te quedes una o dos semanas.-dijo preocupada

-No te preocupes, voy a estar bien y te hablaré todos los días para que estés tranquila-.Al parecer ella parecía mas nerviosa que yo.

-Bueno date prisa, te está esperando afuera, te quiero mucho cariño.-

-Sabes que yo te quiero mas.- me despedí saliendo de la casa

-Hola hija, ¿Cómo estas?- preguntó mi padre mientras me subía del lado del copiloto.

- Muy bien, y tu que tal, ¿Cómo has estado papá?-

-Pues realmente estresado he tenido mucho trabajo y puede que tenga que salir de viaje en estos días- hizo una mueca

-Pero bueno creó que no es hora de hablar del trabajo, ya debemos irnos es un camino largo-. Solamente asentí y nos fuimos

El camino fue silencioso, había olvidado que eran muchas horas antes de llegar a su casa, opté por dormir un rato para matar tiempo y cuando desperté solo cruzamos unas cuantas palabras antes de volver a quedar en un silencio que hubiera sido bastante incomodo si no hubiera sido por las canciones que sonaban por la radio, mi padre era un hombre muy serio, casi no le gustaba hablar, al contrario que mi madre que siempre era muy cariñosa y extrovertida, él no, de hecho nunca me decía que me quería o cosas bonitas, no porque no lo sintiera simplemente le costaba expresarse con las personas pero cuando lo hacía era realmente tierno y se veía la honestidad de las palabras en sus ojos lo cual me hacia sentir bien.

-Hemos llegado- anunció

-No te preocupes por tus cosas en un rato yo las bajo y las llevo a tú habitación-

- Gracias papá, ¿Crees que podamos hacer algo divertido?, podemos ver una película o quizás jugar un juego de mesa como cuando era pequeña.-propuse emocionada

-Me gustaría pero tengo que volver a la ciudad me llamaron del trabajo, enserio lo siento, tal vez mañana podamos hacer algo juntos.-

-Claro no importa, se que tu trabajo es importante, iré adentro quiero leer un rato- Le dí un beso en la mejilla y un abrazo corto

- Antes de que te vayas no se sí vuelva hoy probablemente llegue mañana a medio día, pero no te quedaras sola vendrá Daniel a darte una vuelta.-

Aunque no me agradaba la idea de que mi papá tuviera que trabajar hasta tarde, no me parecía mala idea que viniera Daniel a cuidarme, él era mi primo mayor tenia 21, aunque no fuéramos de la misma edad ya que me llevaba cuatro años era como mi mejor amigo, más que eso era como mi hermano mayor, recuerdo que siempre jugábamos juntos, realmente lo quiero mucho y lo extrañaba hacía mucho que no lo veía, sería agradable pasar tiempo con él, teníamos mucho que contarnos.

Entré a la casa y sonreí al recordar lo mucho que me gustaba venir con mí padre, tiene la esencia de una cabaña pero en grande, solíamos venir todos los fines de semana con mamá cuando seguían juntos, es demasiado tranquila ya que no esta en la ciudad sino a las afueras, la vista es hermosa, se pueden ver arboles rodeándola y unos columpios afuera, mí papá los había puesto cuando era pequeña y seguían en buen estado, casi no tenemos vecinos solo unas cuantas casas alejadas de nosotros y separadas por una cerca.

Decidí ponerme cómoda, tomé la primera sudadera que encontré, me coloque unos shorts deportivos y arregle mi cabello en un chongo desordenado para bajar a la sala a leer mientras esperaba a Daniel.








TU y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora