24

400 28 8
                                    

VERÓNICA.

Llegamos a la fiesta esta vez la organizaron en casa de Christian, para ser honesta no tenia ganas de venir sin embargo Daniel no me dejo quedarme ni quiso llevarme a mi casa con la excusa de querer presentarme a Daniela la chica que le gusta, claramente no replique y si lo hice no fui escuchada por lo que eme aquí caminando entre todos del brazo de mi primo para encontrarnos con sus amigos sentados en un sofá bastante amplio, ni para hacerme tonta al primero que busque con la mirada fue a Damián y lo descubrí observándome igual pero de lejos, el no estaba en el sofá, se encontraba en una mesa larga donde colocaban las bebidas, me dedico una mirada fría con un estibo de duda y entendía el motivo...al verme alejarme en el campo sin darle alguna explicación lo desconcertó, la realidad es que nunca lo había visto de esa manera, no lo reconocía, estaba cegado por la rabia despotricando contra su madre cosas hirientes, no es que la justifique porque no lo hago, no me puedo imaginar lo difícil que debió ser para Damián crecer solo, recuerdo que Daniel me explico hace ya muchos años que su madre murió en un accidente por lo que evitaba preguntar sobre el tema a ese entonces un niño de ojos verdes con tan solo 7 años, en el momento que los vi discutiendo al final del partido mi cabeza entendió muchas cosas pero a la vez intento procesar la información, la razón de que Damián se comportara de esa forma en parte tenia que ver con su madre, al ella abandonarlo se escudo en lo que es ahora, un chico frio, engreído, sarcástico, sin apego emocional ni compromisos sentimentales, era la manera que encontró de protegerse, no se cuanto tiempo nos quedamos en la misma posición mirándonos el uno al otro pero sabia perfectamente lo que debía y quería hacer, quería acercarme a hablar con el, quería que se sintiera apoyado y explicarle el motivo de mi reacción, asentí a no se quien realmente que me dijo algo caminando hasta llegar donde Damián esperaba sin apartar su mirada intensa de mi pequeño ser porque así me sentía estando con el...pequeña.

-¿Estas bien?.- pregunté

-De maravilla, ¿por que no debería estarlo?...a ya se, porque la zorra de mi madre volvió a mi vida por no se que maldita vez poniendo todo de cabeza.- hablo sarcástico tomando directo de una botella

-Damián, no creo que debas referirte a ella de esa manera, después de todo es tu madre.- 

-¿No te quedo claro lo que pienso sobre ella?, ¿Quieres que te repita mi discurso del campo?...probablemente si ya que huiste.- 

-Yo...- 

-Te perdiste el show que estaba dando.- me interrumpió 

-¿Quieres hablar sobre lo que paso contigo y tu...y ella?.- corregí al instante

-Probablemente hace rato quería hablar pero ahora no Verónica, no quiero hablar.- 

-¿Quieres que me vaya?.- pregunte apenas en un murmuro preparándome para un si

-¿Sabes que me jode más que lo de mi madre?.- pregunto y negué 

-Tú Veronica...no te imaginas cuanto me jodes.- 

-Vaya como la primera vez sabes utilizar las palabras correctas para hacer sentir como una mierda a alguien.- 

-¿Una mierda?, una mierda me estas haciendo a mí.- exclamo frustrado

-¿Yo?, si te estas escuchando, ni siquiera te he hecho nada.-

-Tan solo con verte, olerte, besarte, hablar contigo... tan solo con saber que existes me haces una mierda Verónica ¿O es que no te das cuenta acaso?.- camino hasta a mi dejando la botella de lado

-No te das cuenta de lo que provocas, no ves la manera en la que me haces querer sentir, no percibes el como te veo y tengo la necesidad de contarte todo de mi, hablarte sobre mi pasado, presente, sobre mis miedos, acaso no te das cuenta de lo vulnerable que estoy contigo...- 

-¿Y porque no lo haces?.- 

Pareció caer en cuenta de lo que estaba diciendo y retrocedió negando con la cabeza repentinamente.

-No tiene caso seguir con esta conversación, estoy demasiado borracho y no se lo que digo.- se encogió de hombros yéndose

Ahora entiendo cuando dijo que podía ser mi Dios griego, no solo era por el físico, se refería a lo cuadripolar también...pensé frustrada

-Aquí estas.- hablaron a mi espalda girándome -Te estaba buscando, mira te presento a Daniela.- señalo a la pelirroja y la mirada de mi primo hacia ella era realmente tierna

-Mucho gusto.- estire la mano pero en lugar de estrechármela me jalo contra ella en un abrazo 

-Eres mas linda en persona, Dan me ha hablado mucho de ti, enserio espero podamos ser amigas.- sonrió 

-Tenlo por seguro...te contare un par de cosas de este bobo.- bromee y asintió encantada

-Oigan sigo aquí.- frunció el ceño Daniel

-¿Y bien, como se conocieron?.- 

-En la universidad.-

-En una fiesta.- 

Respondieron al mismo tiempo y no pude evitar soltar una risa a lo que ellos se miraron confundidos

-¿Una fiesta en la universidad?.- 

-Yo la conocí en una fiesta.- dijo Daniel 

-Yo en la universidad, solo de vista pero ya lo conocía aunque nunca hubiéramos cruzado palabra.- explico la pelirroja 

-Eso quiere decir que en la fiesta se hablaron por primera vez.- deduje 

-Si por hablar te refieres a invitar a coger a alguien...si hablamos mucho.- respondió divertida y el rostro de mi primo se torno totalmente rojo

-DANIELAAA.- chillo avergonzado

Un segundo...¿No es broma?

-¿Eso es verdad?.- cubrí mi boca con ambas manos al ver como agachaba la mirada aun mas sonrojado -¿Y luego?.- mire a Daniela quien seguía riendo 

-No te tengo que dar detalles de mi vida sexual o como conozco a alguien Verónica.- negó mi primo 

-Yo te contare todo, ¿te parece que mañana salgamos de compras o a tomar un café?, ya sabes para conocernos mas.- propuso y accedí

Esta chica ya me caía bien...

-Bueno, bueno en vista de que ya no siento mi cara, vamos con los chicos ya van a comenzar a jugar.- 











TU y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora