Era el segundo día en el cual se quedaban en el ducado Henituse.
Como todos los días Cale Henituse fue despertado por Ron Molan, quien siguió su rutina con la misma devoción que el día anterior; Lo cual incluía también la limonada diaria para su joven maestro. Cuando el pelirrojo la observo arrugo su nariz y decidió no tomarla, en cambio se levantó e ignorando al mayordomo se dirigió al baño para así comenzar con su rutina.
El mayor siguió con su mirada a su joven maestro y luego dirigió su vista hacia la bebida abandonada.
— ¿Nuestro joven maestro por fin está mostrando sus dientes? — Se pregunto Ron Molan para sí mismo, al parecer el contrario ya había llegado al límite de soportar aquel brebaje.
Al ver que el contrario no la tomaría simplemente coloco el vaso sobre la mesa y se dirigió a buscar la ropa de su amo. Cale quien estaba en el baño ya se encontraba lavándose la cara, a diferencia de la mayoría de las veces en esta ocasión cuando el más viejo fue a despertarlo él ya se había encontrado despierto dando vueltas en la cama. Lamentando no poder vaguear a gusto dejo escapar un suspiro y entonces su atención se dirigió a su brazo, recordando como este mismo ayer le había picado durante la reunión con el príncipe heredero y luego tras la cena.
El punto rojo que había quedado al haberse pinchado ya había desaparecido en su totalidad, algo que no le sorprendía. Después de todo tenía el corazón de la vitalidad. Tras eso sin más demoras comenzó a prepararse, cuando Ron le había llevado la ropa él ya se encontraba listo para vestirse, los niños nuevamente habían dormido en su cuarto y para ese entonces ya se encontraban despiertos jugando sobre su cama.
"...¿No podrían quedarse tranquilos?"
Pensó para sí mismo más no lo expreso.
Sin mucha demora se vistió y salió del cuarto hacia el comedor donde su familia lo esperaba para merendar, por la tarde se iría a la villa de la super rock para ver cómo iba el entrenamiento de los lobos, el príncipe seguramente en algún momento también llamaría para anunciar si ya se habían puesto en funcionamiento los planes que habían realizado.
Acomodando en su cabeza todas las cosas a realizar, y aquellas que debían ser tomadas en cuenta a futuro giro el tenedor entre sus dedos mientras observaba a su familia hablar cómodamente.
— ¡Orabuni, quiero que me veas entrenar! — Exclamo la joven dirigiendo su mirada hacia él, aun masticando la porción de carne que se había colocado segundos atrás en la boca. La duquesa Violan inmediatamente la regaño, y ella hizo un puchero inconforme.
Él sonrió, y asintió.
— Bien, después de comer ve a cambiarte. Te veré antes de irme.
La joven celebro ante su respuesta, y su respuesta positiva pareció brindarle más confianza a su padre quien comenzó a incluirlo en las otras conversaciones que siguieron. Los niños permanecieron en silencio hasta entonces, demasiados ocupados con su merienda como para prestar atención de los que hablaban los mayores. Su atención fue obtenida cuando las criadas se acercaron con los últimos bocadillos que tocaban, el cual se trataba de un flan con crema encima acompañado de una cereza en la cima.
On y Hong extendieron sus cuellos, y esperaron a que sus porciones fueran colocadas en la mesa para que luego su padre partiera el flan en pequeños cuadrados para facilitar su comestible en la forma gatuna en la cual se encontraban. Raon Miru se sentó sobre la mesa, listo para comenzar a comer apenas le dieran su flan.
Cale rio ante las diferentes reacciones de los menores y lo que menos esperaba que su postre ni siquiera llegara a tocar la mesa.
La criada que se había dirigido hacia él se tropezó antes de llegar a la mesa, lo que hizo que aquel postre que se había visto tan apetecible terminara en su camisa arruinando el blanco tan puro que había permanecido hasta entonces.
— Lo lamento much-
La mujer levanto la cabeza antes de terminar su disculpa, de lo cual se arrepintió. El noble solo se encontraba mirándola a ella, y por la posición de su cabeza los demás no podían ver su expresión.
Pero ella sí pudo, y hubiera deseado no hacerlo.
Una expresión fría que mostraba molestia extrema como si fuera el mayor estorbo que pudiera haberse encontrado. Ella no pudo evitar temblar ante aquella inesperada situación, había comenzado a trabajar hace poco en el ducado Henituse y todo ese tiempo había oído que el primer hijo del duque, y héroe del reino era alguien amable.
Inclino rápidamente su cabeza y hablo nuevamente
— Mis disculpas, esta sirvienta ha fallado a atender sus deberes correctamente.
— ¡Humano, si quieres te comparto mi porción! — Exclamo el joven dragón al ver como el flan del contrario había quedado en su camisa.
Cale dirigió su cabeza vista hacia él y negó con una leve sonrisa.
— No te preocupes, puedes comer tranquilo — Exclamo acariciando la cabeza del menor, quien bajo sus orejas a gusto. Luego observo a su padre — Me retiro brevemente para cambiarme.
El duque asintió de acuerdo y Cale se levantó sin querer dejar esperando mucho a los niños que se encontraban con él. Antes de salir dirigió su mirada hacia los lados esperando encontrar a Ron, quien no se veía por ningún lado. Sin poder encontrarlo inclino sus hombros y llamo a Hans que rápidamente acudió a su llamado.
[...]
— ¿Puedes explicar tu estado? — Bramo el hombre molesto mientras jugaba con una pieza de ajedrez que se encontraba sobre el plano frente a él, el contrario tembló e intento recuperar el aire con rapidez.
— Mi presencia fue descubierta por el mayordomo que se encuentra a cargo del comandante — Respondió con un sudor frio recorriendo su cuerpo al recordar cuando su presencia fue descubierta.
El contrario suspiro y se levantó de su lugar, sin dar tiempo a que el contrario se alejara lo tomo del cuello imposibilitando cualquier movimiento.
— ¿Y tú informe?, bríndame una razón para que te deje con vida.
El contrario gimió ante la presión ejercida en su cuello, y se lamentó internamente. ¡Había escapado de un loco para ir con otro!
— No note nada raro en el Comándate Henituse — Exclamó a modo de respuesta, con su atención puesta en la estrella blanca tratando de identificar las emociones del mismo, a pesar de que gran parte de su expresión se encontraba tapada por la máscara que portaba.
Este lo soltó, y parecido analizar sus palabras. El pobre soldado dejo escapar un suspiro y tomo el suficiente valor para para realizar la pregunta que se había estado haciendo hasta entonces.
— ¿A qué cambios debería darle importancia?
La estrella blanca lo observo por unos breves segundos, y luego regreso a su asiento. Levanto la pieza de ajedrez abandonada y la coloco por encima de la base naval ubicada en el reino de Roan.
— Deberíamos poder observar los efectos del hechizo pronto; actualmente ya debería estar afectándolo con pensamientos intrusivos, estamos esperando a que afecte su mentalidad — Respondiendo sin dejar de observar el mapa frente a él, ante su respuesta golpeo la pieza y la dejo caer — Entonces ahí será cuando comencemos a usarlo para nuestro plan.
— ¿Esta seguro que cooperara? — Inseguro exclamo a modo de pregunta, la estrella blanca hizo una sonrisa cínica.
— Es un idiota abnegado, solo debemos de darle un motivo con el cual se una a nosotros — Respondió White star.. Mientras más fuertes sean las emociones de proteger, más fuerte seria las emociones de destruir cuando surtiera efecto el hechizo — Mantente al tanto de su estado, y comunícate cuando veas que llego el momento.
¿Qué mejor forma de ganar una guerra había que tener al comandante enemigo bajo tus ordenes?, terminaría todo en esta vida.
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Hiere y Protegerás (editada)
Fanfic"El aliado de hoy es el enemigo de mañana" - Era la frase que todos los integrantes del grupo que rodeaba a Cale usarían para describir su situación. No sabían cuando, como y donde, pero White Star había usado un hechizo en su joven comandante; Sus...