7

6.2K 895 410
                                    


Pasé la tarde en la casa de kaido como habíamos quedado, tuve tiempo de hablar con él y disculparme adecuadamente por tanta confusión.

-Adiós Kaido, nos vemos en la escuela mañana -lo saludé en la puerta de su casa y volví caminando hasta la mía.

El clima estaba algo feo, parecía que iba a llover. Espero no nos arruine la tarde mañana a Saiki y a mí, no quiero más problemas.
Tenía algo de tarea así que dediqué una o dos horas en hacerla rindiendome ante no saber las respuestas y no poder concentrarme como debía, apagué las luces, me recosté en mi cama y solo me eché a dormir, tenía muchas cosas que pensar estaba nervioso.

La mañana llegó, me vestí y preparé mis cosas para ir a la escuela, los chicos vinieron a buscarme a casa como lo estaban haciendo ya desde el otro día.
Bajé y me sorprendió el abrazo que recibí de parte de Kaido, supongo que nos estamos volviendo más cercanos.
Mi madre me dedicó una mirada levantando las cejas, casi podía escuchar un "¿Se gustan?" De su parte. Ella sabe de mi orientación y no tiene ningún problema pero suele insistir con la idea de que me gusta cada chico que tengo cerca y es un poco molesto.

-Mamá, no. -le dije mirandola enojado a lo que ella solo se rió.

-Okay, okay. Vayanse o llegarán tarde. -nos dijo amablemente a los cuatro y tenía razón, íbamos a llegar tarde si perdíamos más tiempo parados ahí.
Me puse del lado de Saiki y caminamos todos juntos.

-Nuestra escuela tiene que presentar una muestra especial para la semana que viene, otros salones también lo harán ¿Qué se les ocurre muchachos? -preguntó un enérgico y musculoso chico de cabello rojo. Demasiado enérgico diría yo.

-Hairo acabamos de llegar, deja que al menos nos sentemos -Saiki le contestó algo cansado ¿habrá dormido bien?

Pasamos ignorando por completo a ese pobre chico Hairo y nos sentamos en nuestros lugares.
El chico seguía hablando sobre la muestra con otros alumnos en lo que el profesor llegaba.

-Saiki-kun -lo llamé.

-¿Qué sucede? -preguntó sin siquiera darse vuelta a mirarme. Me levanté de mi asiento y me paré en frente de su pupitre acercandome a su rostro para mirarlo con más detalle.

-¿Qué haces? -dijo con su inexpresivo rostro.

-No dormiste bien ¿no?

-Siempre duermo bien.

-Pues no parece, tienes ojeras mentiroso.

-Tu también -dijo señalando mi rostro.-¿No dormiste bien?

-Me quedé haciendo tarea.

-¿Tarea? -preguntó en un tono burlesco -¿Tú, haciendo tarea?

-Bueno lo intenté pero no pude pasar del primer problema -Me dejé caer de nuevo en mi asiento recostando mi cabeza sobre el pupitre

-Si tan difícil es ¿por qué no me pides ayuda? -giró en su asiento a verme y seguir hablando.

-No pensé que accederías, Kaido me dijo que una vez te pidió ayuda y solo te negaste. -levanté mi cabeza para verlo, su cabello estaba como siempre bien peinado. -¿Qué gel usas? -apoyé mi mano en su cabeza, qué pelo tan suave.

Miré a Saiki algo nervioso preguntandome si me daba permido de jugar con su cabello un poco, quería acariciarlo.

-Adelante -Dijo repetidamente.

-¿Eh?

-Puedes acariciar mi cabello -comentó apoyando su cabeza en mi pupitre junto con sus brazos. -y con respecto a enseñarte, no me molesta si es a ti. Los demás suelen ser ruidosos y molestos pero tú eres tranquilo así que está bien.

¿En serio piensa eso de mí? Se está volviendo cada día más amable, me agrada.

Ahí estábamos, ambos apoyados en mi pupitre, frente a frente mientras yo le hacía caricias en su pelo ¿cuándo tomamos tanta confianza?

-Eres lindo -dije sin pensar concentrado en el color de su pelo.
Saiki solo estaba ahí apoyado dejando que lo acariciara, sin decir nada. De seguro lo puse incómodo, tengo esta tendencia de dejar salir lo que pienso sin medirme cuando me distraigo.
-Ah, no... no quise decir que lindo de que me pareces lindo sabes eso, eso es--- raro ¿cierto?-
Realmente creo que es lindo pero no debí haber dicho eso tan a la ligera qué pasa si piensa que me gusta y lo asusto.

-Tambien eres lindo -Dijo sacandome de mi bola de pensamientos.

-¿Yo... lindo? -Saiki solo asintió con su expresión neutral de siempre mientras mi cara había tomado un tono rojizo por la vergüenza.
El profesor entró al salón y todos nos acomodamos sentandonos correctamente

¿Cómo se supone que preste atención ahora si no puedo quitarme la vergüenza del rostro?

 Just like coffee jellyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora