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-¿Entramos? -preguntó saiki tomando firme mi mano.

-Vamos. -tragué un poco de saliva al tener que enfrentarme a las miradas de mis compañero pero no fue tal y como lo esperaba, nos vieron por un momento mientras caminábamos hacia nuestros asientos, se dieron la vuelta y ya no nos prestaron más atención.
Estando más tranquilos y ya con nuestros cuadernos sobre la mesa noté que Kaido había faltado a clases, no será por lo que saiki le dijo... espero se sients bien tal vez debería ir a verlo y ver si puedo arreglar las cosas.

-¡Amigos! -Nendou caminaba hacia nosotros casi corriendo- ¡No sabía que salían, felicidades! No puede ser mi hermano ya está casado -dijo lloriqueando y abrazando al pelirrosa.

-No estamos casados -Saiki se lo intentaba quitar de encima y yo solo podía reír.

Vi a lo lejos a una peliazul irse corriendo del salón con un grupo enorme de chicos siguiendola preguntando a lo loco que si estaba bien. Solté la mano de saiki con la intención de ir tras ella, no podía hacer mucho pero al menos quitarle todos esos muchachos de encima para que la dejaran un momento tranquila.

-¿A dónde vas? -preguntó saiki curioso, estoy seguro que ya sabe a dónde y a qué así que solo hice gestos con mi rostro de "tengo que ir" lo entendió al segundo y me sacó la mochila de los hombros.
-Deja, yo la llevo a tu asiento -Me sentí halagado con su gesto.
-Gracias -Se veía tan gentil y amable que no pude evitar acercarme para darle un beso en la mejilla de agradecimiento, a lo que el curso se enloqueció y enpezó a aplaudir y chiflar mientras muchas chicas gritaban emocionadas, que grupo de locos.

-El amor jóven -suspiró nendou.

-Pero nendou -comentó uno de sus amigos -Tu eres jóven.

Fui caminando por el pasillo en busca de aquella pobre chica pero no la encontraba por ningún lado, hasta que se me ocurrió que podría estar en el baño, es el único lugar donde los chicos no pueden perseguirla y seguro necesitaría un momento de su día a solas.
Caminé un rato más por los pasillos intentando encontrar el baño de chicas y mi suposición era totalmente acertada, un grupo enorme de chicos lloriqueando en la puerta del baño de damas el nombre de teruhashi, llamandola.

-¡Oigan ustedes! -les grité acercandome a la puerta, empujándolos para pasar. -¿Qué creen que hacen idiotas. Acaso no pueden dejar a la pobre chica aunque sea un momento? Déjenla en paz manga de raritos. -Sonaba bastante confiado pero para ser honesto estaba intentando manejar el temblor de mis piernas.

-¿Y tú quién mierda eres enano?
-¡Nos quiere quitar a teruhashi!
-Solo estamos preocupados por ella ¡muévete de la puerta!

Todos parecían pensar igual, y ya me estaban irritando un poco.

-Si estuvieran preocupados la ayudarían comprendiendo que lo que quiere es estar sola un momento, lo único que hacen es seguirla a todos lados y sacarle fotos constantemente sin su permiso, no son más que acosadores asquerosos y repugnantes. Apuesto a que se tocan con sus fotos, me dan ganas de vomitar.

Dicho eso, el desastre empezó




 Just like coffee jellyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora