final 2

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La pequeña Chaer caminaba mientras débiles sollozos salían de sus labios.
Trataba de limpiar las gruesas lágrimas que manchaban sus regordetas mejillas; nuevamente había tenido una pesadilla.
Se estiró un poco y con su manita temblorosa y abrió la puerta del cuarto de sus padres.

-Papi...- Murmuró la pequeña, limpiando sus lágrimas con la manga de su pijama.
Ante el llanto, Yeol terminó por despertar; adormilado, volteó la mirada, viendo a su pequeña ahí.

-¿Estás bien cariño? - Preguntó en un tono cálido, saliendo de su cómoda cama para tomar entre sus brazos el pequeño y frágil cuerpo de su pequeña de 4 años; Chaeryeong.

-de nuevo tuve esa pesadilla.- Musitó, escondiendo su rostro para oler el dulce aroma de su progenitor, eso era lo único que lograba calmarla; se mantuvo así, acurrucandola y abrazándola entre sus brazos para intentar detener el llanto.
Todo estaba bajo suma calma, Chaer había dejado de llorar. Hasta que el sonido de la puerta de baño llamó la atención de Yeol, lidear con su "esposo" era algo extremadamente difícil.

-¿Otra vez ella está aquí? - Preguntó con evidente molestia Sehun, cruzándose de brazos ante la escena. Nuevamente esa niña estaba robándole tiempo con su omega.

-Tuvo una pesadilla nuevamente, se quedará con nosotros.-  Dijo Yeol en un tono serio; mientras acariciaba suavemente el cabello de su pequeña. A ella le aterraba Sehun, estaba temblando entre los brazos de su padre aún con su carita escondida, no quería verlo.

-Las mujeres son tan dramáticas y emocionales; por eso yo quería un niño, ¿Ahora ni siquiera puedo cambiarme en mi propio cuarto por que la niña tiene pesadillas?
Deja de mimarla tanto, ¿Quieres? -

Chanyeol lo miró incrédulo, entreabriendo sus labios con evidente indignación. Tanto estuvo molestando ese imbécil con tener hijos para que al final despreciara a su pequeña.

-Sehun, tiene 4 años.- Dijo lo obvio.

-¿Acaso te pregunté su edad? No me importa si tiene 4 o 16, no puedo tener privacidad en mi propia casa.-

Eso fue suficiente. Yeol se levantó con su pequeña en brazos, ignorando totalmente a Sehun, quien parecía que sacaba espuma  de la rabia.
Suspiró y caminó hasta la salida de su alcoba, caminando por los pasillos hasta la recamara de Chaer. Una vez ahí la depósito con suavidad en su camita, la cual tenía unas frazadas de conejitos.
Se hincó frente a ella y comenzó a acariciar con suavidad las prominentes orejas de su pequeña.
Por suerte ella no se parecía nada a Sehun, sin embargo su princesa había heredado sus orejas.

-Papi, el monstruo me va a comer.- Murmuró la pequeña con miedo, no quería estar sola nuevamente. No quería que el monstruo de su armario la tirará de los pies hasta aquel obscuro y recondito lugar.

"Ay cariño... El único monstruo aquí es tu padre." Pensó.

Sonrió con ternura y total comprensión, apesar de odiar profundamente a Sehun estaba totalmente agradecido con él por su Chaer, algo totalmente extraño.

-Cariño, no existen los monstruos.-  prosiguió a explicar conforme acariciaba de forma suave el cabello de su princesa. -Además, ¿Crees que tú papi permitiría que se lleven a su princesa?- exclamó en un tono animado y exagerando, haciendo reír a la menor.

-¿Tu me cuidaras siempre?- preguntó ella, estirando su pequeña manita para acariciar con cuidado los bellos rasgos de su papi.

-mientras yo viva siempre te cuidaré.-

-¿Inclusive de papá?-

Aquella pregunta dejo en blanco a Yeol. No era misterio para el ni para nadie de su entorno que Sehun solía tratar muy mal a su hija por el simple hecho de no poder concebir a un niño.

⸙͎候 Obsesivo✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora