Capitulo 3, Sr. Humphrey.

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Al día siguiente me levante aún más temprano de lo normal, cuando fui a las duchas no había ni una sola alma. Me arregle perfectamente y antes de que pudieran empezar las clases fui a hablar con la señorita Parker. Estaba en su salón correspondiente, tomando café y corrigiendo lo que parecían unos exámenes muy largos. La señorita Parker alzo la vista y me miro muy sorprendida.

-¿Logan? ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Está todo bien?- Parecía preocupada, como si fuera un chico que fuese en busca de un hombro en el cual llorar... esto era muy, muy diferente a lo que ella esperaba.

-Lo siento mucho señorita Parker. Es solo que, el día de ayer le mande el trabajo que quería en inglés, pero hay una parte inusual en mi trabajo. Winston me jugo una broma y lo mando a su correo sin pensar. ¿Cree que podría revisar su correo y permitirme cambiarlo?- Ahora le estaba echando la culpa a Winston. No había mejoras.

-Oh, el correo... De eso mismo quería hablarte. Tanto como en tu trabajo como en el de Winston es mencionada una tal chica llamada "Megan". ¿Podrías explicármelo?- Alzo una de sus cejas mientras tomaba café.

-Solo puedo decirle que mi caso fue una simple broma por parte de Winston, desconozco el por qué el la menciono. Desafortunadamente no sabía nada del tema.

-Quisiera que vieras la diferencia en cuanto a cómo hablan de Megan. Si estas tan seguro que fue el quien escribió eso en tu trabajo, ¿Cómo es que en suyo describe a Megan como (y cito) "la chica que por más que intente no puedo sacar de mi mente"? -Su voz era retadora. No pude decir ni una sola palabra. De repente su mirada fue de arrepentimiento, como si revelara un secreto pensando que ya lo sabía, empeorando las cosas aún más. Oh, esperen, eso es exactamente lo que hizo. -Olvídalo. Solo corrige lo que quieras y vete.- Me dio su computadora y no se tomó la modestia de mirarme. Borre mi comentario sobre Megan y complemente un poco más mi trabajo. Después me fui a cálculo.

El día fue eterno, no estaba Winston y las clases eran tan fáciles que me aburrían. Ansiaba el momento en el que me tocara ir a clase de Literatura. Después de lo que se sintieron meses, era hora de literatura. Me hormigueaban las manos de felicidad. Tenía preparado mi ensayo sobre los primeros capítulos del libro, pero no tenía una guía de "Como soportar a Megan y evitarla en el proceso, volumen 1."

Narra Megan.

-¿Cuánto tiempo falta para que pueda liberarme de todos estos idiotas de una buena vez?- Dijo Beth.

-Beth, por favor, te lo ruego con total cariño, cierra la boca. Lo único que haces es recordarme lo lento que pasa el tiempo y es un sentimiento escalofriante. Pero si tan grande son tus ansias, veinte minutos. Faltan veinte minutos para que tú y yo seamos libres. ¿Puedes manejarlo?

Este maldito día no podía ser más largo y todavía faltaba literatura. De pronto me acorde de los eventos de anoche con ese nuevo nerd, ¿Cómo se llamaba? ¿Leo? Lo más molesto es que por alguna razón no podía dejar de pensar sobre eso. Esto me espantaba, quien pensaría que si quiera se me pasaría por la mente un friki como él. Y lo peor del caso es que ahora tendría que lidiar con una hora llena con sus insoportables comentarios cultos sobre la importancia de la literatura, y el señor Humphrey haciendo argumentos elocuentes dándole suporte a este. Era un dolor de cabeza. Sin siquiera pensarlo, la clase ya había acabado y yo ya estaba parada, dirigida al salón de literatura.

-MEGAN? MEGAN! - Grito Beth en mi oído-.

-¡Joder! ¡Eso duele maldita sea! ¿Que? ¿Qué pasa? -Dije volviendo a la realidad.

-Dije que si me acompañas esta tarde a la peluquería, tengo que volver a hacerme mis puntas y tú tienes que volver a tinturarte el mechón azul.

Sexy devilry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora