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Me retorcí en la cama mientras abría mis ojos lentamente, no tenía ganas de nada esa mañana. En realidad quería dormir para siempre.

Cuando estaba al levantarme recordé la llamada de ayer en la noche.

¿Quién habrá sido? Seguramente fue Klaus, sinceramente ya me tenía mal. Esta vez no se iba a quedar así.

Cogí mi toalla y me dirigí a darme una ducha; cuando terminé me vestí y bajé para irme cuando Rodolfo me habló.

—No quiero que me digan que te mandaron a detención otra vez.— habló con esa fastidiosa voz y yo lo ignoré y salí.

Iba pateando piedras por el camino hacia la preparatoria, mi mirada estaba perdida en el suelo que no sentí cuando alguien se unió a mi lado.

—Espero que hayas dormido bien Marcus— Klaus nuevamente, pero que chico tan irritante.

Le agarré del cuello y lo empujé contra una pared en el callejón.

—Te dije que me dejes en paz.— todavía tenía su cuello sujetado y podía sentir la rabia que emanaba de mi piel.

—¡No! No hasta que pagues por lo que hiciste.— respondió mirándome fijamente.

Saqué de mi bolsillo una pequeña navaja y la pasé lentamente por su rostro.

—Si vuelves a amenazarme; terminarás igual que tú hermana.— no quería mencionar a Allison pero era la única manera de que me dejara en paz.

—¡Suéltalo ya Marcus!— exigió una voz que ya conocía, Daniela.

Lo solté y guardé la navaja. —Estos no son tus asuntos niña fresa— la miré retadoramente.

—Y si me meto ¿Qué?— la tensión se podía sentir, dios esta chica me iba a volver loco.

—Que te jodan.— la ignoré y me fui caminando, no sin darme cuenta antes de que su cara estaba golpeada; pensé en voltear y preguntarle qué pasó pero; me da igual o; eso creo o quiero creer.

Llegué a la escuela solo y pensé que Daniela vendría detrás de mí pero no fue así; nunca llegó, tengo que admitir que me pareció raro.

¿Que hago preocupándome por ella? No me importa.

Cuando las clases aburridas terminaron decidí irme a la cafetería a trabajar; si no le llevaba dinero a mi abuelo me volvería a pegar; ya estaba odiando esto.

¿Por qué no lo mataba ya? Porque es lo único que tengo hasta los dieciocho.

Daniela Harrison

En vez de dirigirme hacia la escuela cogí otro camino.

No sin antes encontrar a Klaus y Marcus discutiendo; planeaba detenerlo pero Marcus siempre tan borde.

Me dirigí hacia el bosque que él visitaba y me senté bajo el viejo roble.

Todos los árboles se veían hermosos, el sol entrando por la copa de los árboles recreaba un paisaje maravilloso.

Las aves cantando felices, a veces deseo ser un ave.

Volar libre, siempre estar feliz; pero ya no es así.

Nunca fui feliz, no recuerdo la última vez que sonreí sinceramente.

Odiaba a mi familia o; al menos lo que quedaba de ella.

A veces me preguntaba que hice en la otra vida para merecer esto.

El karma apesta.

Marcus Miller

Amor de psicópatas© [Completa✔️] #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora