Cuando mire que la lluvia caía mis piernas me guiaron a el suelo el cual estaba mojado y con pequeños charcos, pise uno de estos con mi pie y mire a Nagato el cual aún estaba en el porche.
Involuntariamente empecé a saltar en ellos dejando ver una sonrisa.
- _-_________?. -comencé a reír mientras mis lagrimas caían sin prestarle atención a Nagato, mire arriba mirando los arboles con su Luz de siempre.
- La La, La La. -arrojaba el agua a otro lado con mi pie; pero cubrí mis oídos evitando el sonido de la lluvia comenzando a llorar más fuerte jadeando por mi nariz ahora tapada.
Nagato notó esto colocándose los zapatos y tomando un suéter corrió hasta donde estaba cubriéndome con el suéter y volviéndome a poner de pie me llevo de vuelta hasta la casa.
Me sentó en la cama y fue por otras ropas poniéndolas en la silla cercana a la cama, después fue a mirar las papas que hervían aún y con un trapo sacó la olla del fuego.
Me miro y suspiro.
- Te vas a enfermar, nunca te había visto así. -seguía mirando al suelo mientras mecía mis piernas.
- _________. -me llamó, fruncí más el ceño.
- _________ te estoy hablando. -no conteste de nuevo y en cambio jugué con mis dedos para evitar el contacto visual.
- Te quedas sin cenar entonces.
- ¡Ya Voy!. -grité tomando las ropas para después meterme al baño azotando la puerta.
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Nagato no volvió a tocar el tema desde entonces.
Pero lo veía mas inquieto de lo normal, él es calmado y sin tener muchas preocupaciones, al menos es lo que veo en él.
Sino fue hasta esa tarde que decidió decirme lo que le inquietaba.
- Necesito volver a mi Aldea. -deje caer la cuchara provocando un silencio después de eso.
- _______, mis amigos siguen allí, quien sabe que puede haberles pasado y mientras tanto yo estoy aquí viviendo cómodamente y.. -detuvo sus palabras mirándome soltar lagrimas para después secarlas.
- Es tu decisión Nagato, alistaré tus cosas y comida para que puedan comer tus amigos. -me levanté de la silla en la que estaba y comencé a sacar la comida.
- Eh?. -lo mire.
- Sabía que querrías regresar algún día así que ya estaba preparada, perdón por las lagrimas, solo me tomaste por sorpresa. -sonreí ligeramente.
Un abrazo me tomó por sorpresa, después lo correspondí dejando mi cabeza apegada a su hombro respirando por un rato su olor.